El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Candidato currante
En el mismo acto de reafirmación socialista, con ambiente y concurrencia ?como en los viejos tiempos?, como relataron los históricos, se pudo ver al flamante candidato del PSC al muy noble municipio de Mogán, donde hacer política no sólo es arte, sino un atrevimiento. Las ojeras le llegaban a Fernando Sánchez hasta los tobillos, lo que llevó a los malpensados a creer que el hombre había tenido un atormentado y desparramado viernes noche. Y acertaron, sólo que lo que tuvo que pasar el hombre no fue una parranda hasta el amanecer, sino un zafarrancho de combate con sus vecinos del Puerto de Mogán para tratar de que el temporal de viento y lluvia no se lo llevara todo. Contó cosas realmente extraordinarias, como la manera que tuvieron de desaparecer los enseres y mercancías del restaurante del puerto, cómo volaron las puertas de la Cofradía de Pescadores, o los esfuerzos que tuvieron que hacer para amarrar uno de los surtidores de la gasolinera, antes de que se perdiera como se perdió el otro. Buen vecino el tal Sánchez, que ha demostrado, al menos por ahora, que es capaz de remangarse para echar una mano.
En el mismo acto de reafirmación socialista, con ambiente y concurrencia ?como en los viejos tiempos?, como relataron los históricos, se pudo ver al flamante candidato del PSC al muy noble municipio de Mogán, donde hacer política no sólo es arte, sino un atrevimiento. Las ojeras le llegaban a Fernando Sánchez hasta los tobillos, lo que llevó a los malpensados a creer que el hombre había tenido un atormentado y desparramado viernes noche. Y acertaron, sólo que lo que tuvo que pasar el hombre no fue una parranda hasta el amanecer, sino un zafarrancho de combate con sus vecinos del Puerto de Mogán para tratar de que el temporal de viento y lluvia no se lo llevara todo. Contó cosas realmente extraordinarias, como la manera que tuvieron de desaparecer los enseres y mercancías del restaurante del puerto, cómo volaron las puertas de la Cofradía de Pescadores, o los esfuerzos que tuvieron que hacer para amarrar uno de los surtidores de la gasolinera, antes de que se perdiera como se perdió el otro. Buen vecino el tal Sánchez, que ha demostrado, al menos por ahora, que es capaz de remangarse para echar una mano.