El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Se cargan a Pedro Anatael
Conforme hay que elogiar algunas actuaciones de Puertos del Estado a la hora de imponer la legalidad en Canarias, debemos criticar sus decisiones cuando sobrepasan el límite de la decencia. Es absolutamente indigno que por presiones del presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Luis Suárez Trenor, Puertos del Estado haya accedido a relevar en el consejo de administración de esa Autoridad Portuaria a Pedro Anatael Meneses, ex director general de la Marina Mercante y uno de los más reputados expertos portuarios que tiene Canarias. La razón de su defenestración hay que encontrarla en su frontal oposición al puerto de Granadilla, que para el Estado es, ¡asómbrense!, conveniente para el interés general de los puertos españoles y para el sistema portuario canario. No hay que ser muy inteligente para deducir que la destitución de Pedro Anatael Meneses forma parte del siempre inevitable intercambio de estampitas ante ATI y Adán Martín: te cambio a Arnáiz por Anatael, y tiro porque me toca. Pero insistimos, lo de Arnáiz es inapelable, y lo de Anatael una indignidad política muy alejada del “no nos falles”. Una más.
Conforme hay que elogiar algunas actuaciones de Puertos del Estado a la hora de imponer la legalidad en Canarias, debemos criticar sus decisiones cuando sobrepasan el límite de la decencia. Es absolutamente indigno que por presiones del presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Luis Suárez Trenor, Puertos del Estado haya accedido a relevar en el consejo de administración de esa Autoridad Portuaria a Pedro Anatael Meneses, ex director general de la Marina Mercante y uno de los más reputados expertos portuarios que tiene Canarias. La razón de su defenestración hay que encontrarla en su frontal oposición al puerto de Granadilla, que para el Estado es, ¡asómbrense!, conveniente para el interés general de los puertos españoles y para el sistema portuario canario. No hay que ser muy inteligente para deducir que la destitución de Pedro Anatael Meneses forma parte del siempre inevitable intercambio de estampitas ante ATI y Adán Martín: te cambio a Arnáiz por Anatael, y tiro porque me toca. Pero insistimos, lo de Arnáiz es inapelable, y lo de Anatael una indignidad política muy alejada del “no nos falles”. Una más.