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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

El cohecho en el 'caso Salmón'

Dicen los amantes de la pesca del salmón, y por tanto conocedores de las cualidades de este pez, que se trata de una especie tenaz, luchadora, perseverante, incansable, fuerte... que es capaz de enfrentarse a las más tremendas y desfavorables corrientes, sin rendirse, por mucho que en un momento dado pueda aparentar que ha sucumbido. El caso Salmón, que algunos dieron por muerto, emergió este mismo martes de manera inesperada en forma de escrito del Ministerio Fiscal para dar a conocer la posición del Fiscal Anticorrupción, Luis del Río, en torno al archivo de la causa por parte de la Sala de lo Civil y Penal del TSJC. Nadie se esperaba una respuesta así del Ministerio Público porque es una respuesta que muy probablemente no haya dejado satisfecha a la Asociación Justicia y Sociedad, ni desde luego, al principal imputado en esa causa, José Manuel Soria. Pero a los que estamos seguros que ha dejado con tres palmos de narices, boquiabiertos y muy cabreados es precisamente a los magistrados integrantes de la Sala que archivó el asunto.

Dicen los amantes de la pesca del salmón, y por tanto conocedores de las cualidades de este pez, que se trata de una especie tenaz, luchadora, perseverante, incansable, fuerte... que es capaz de enfrentarse a las más tremendas y desfavorables corrientes, sin rendirse, por mucho que en un momento dado pueda aparentar que ha sucumbido. El caso Salmón, que algunos dieron por muerto, emergió este mismo martes de manera inesperada en forma de escrito del Ministerio Fiscal para dar a conocer la posición del Fiscal Anticorrupción, Luis del Río, en torno al archivo de la causa por parte de la Sala de lo Civil y Penal del TSJC. Nadie se esperaba una respuesta así del Ministerio Público porque es una respuesta que muy probablemente no haya dejado satisfecha a la Asociación Justicia y Sociedad, ni desde luego, al principal imputado en esa causa, José Manuel Soria. Pero a los que estamos seguros que ha dejado con tres palmos de narices, boquiabiertos y muy cabreados es precisamente a los magistrados integrantes de la Sala que archivó el asunto.