El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El concurso eólico, carne de recurso
Como corresponde a los concursos alambicados, molestos o insalubres, el de asignación de potencia eólica en Gran Canaria ha visto publicar sus resultados en la calurosa y absentista frontera entre los meses de julio y agosto. Ya les adelantamos que esos resultados traerán mucha polémica y, como es menester, los correspondientes recursos ante la Administración y ante los tribunales contencioso-administrativos. El asunto más llamativo, y no por ello sospechoso de nada, es el resultado obtenido por la empresa Alas Capital, S.A., que también obtuvo bastante potencia eólica en Lanzarote y Tenerife. Dirigida por un antiguo dirigente de Anfi del Mar por la vía de TUI, Antonio Thomas Sharfenberg, Alas Capital ha copado el 56,4% del total asignado a la isla de Gran Canaria. Por contra, se han quedado fuera las mancomunidades municipales, como la muy avanzada en materia de energías renovables del Sureste, o el mismísimo Cabildo de Gran Canaria, que concursaba a través de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria. La institución pretendía, entre otras cosas, instalar turbinas eólicas en el controvertido espigón del muelle de Arinaga.
Como corresponde a los concursos alambicados, molestos o insalubres, el de asignación de potencia eólica en Gran Canaria ha visto publicar sus resultados en la calurosa y absentista frontera entre los meses de julio y agosto. Ya les adelantamos que esos resultados traerán mucha polémica y, como es menester, los correspondientes recursos ante la Administración y ante los tribunales contencioso-administrativos. El asunto más llamativo, y no por ello sospechoso de nada, es el resultado obtenido por la empresa Alas Capital, S.A., que también obtuvo bastante potencia eólica en Lanzarote y Tenerife. Dirigida por un antiguo dirigente de Anfi del Mar por la vía de TUI, Antonio Thomas Sharfenberg, Alas Capital ha copado el 56,4% del total asignado a la isla de Gran Canaria. Por contra, se han quedado fuera las mancomunidades municipales, como la muy avanzada en materia de energías renovables del Sureste, o el mismísimo Cabildo de Gran Canaria, que concursaba a través de la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria. La institución pretendía, entre otras cosas, instalar turbinas eólicas en el controvertido espigón del muelle de Arinaga.