El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Consigna general: mortificar a los socialistas
Vuelve a cubrirse de gloria el sector pepero del Gobierno de Canarias con la aplicación de la nueva doctrina emanada de la factoría soriana de venganzas de ayer y de hoy. El vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, presidente del PP, ha ordenado a los suyos buscar cualquier tipo de rendija a través de la cual mortificar a las instituciones, entidades, empresas y particulares con carné socialista o sospecha de serlo para sacarles los colores en público. Ya conocemos dos primeros espadas que han desenfundado y disparado contra los malditos socialistas, Rita Martín, consejera de Turismo, y Enrique Hernández Bento, interventor general de la Comunidad Autónoma. La primera ha ordenado a sus inspectores que levanten por los aires a los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote, institución a la que se la pasa factura por su tremendo atrevimiento de expedientar a tanto hotelero sin licencia que anda suelto por la isla de los volcanes. Los inspectores se han constituido en esos centros, creados hace décadas por César Manrique, para pedirles los papeles y comprobar si tienen al corriente las licencias de apertura al público.
Vuelve a cubrirse de gloria el sector pepero del Gobierno de Canarias con la aplicación de la nueva doctrina emanada de la factoría soriana de venganzas de ayer y de hoy. El vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, presidente del PP, ha ordenado a los suyos buscar cualquier tipo de rendija a través de la cual mortificar a las instituciones, entidades, empresas y particulares con carné socialista o sospecha de serlo para sacarles los colores en público. Ya conocemos dos primeros espadas que han desenfundado y disparado contra los malditos socialistas, Rita Martín, consejera de Turismo, y Enrique Hernández Bento, interventor general de la Comunidad Autónoma. La primera ha ordenado a sus inspectores que levanten por los aires a los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote, institución a la que se la pasa factura por su tremendo atrevimiento de expedientar a tanto hotelero sin licencia que anda suelto por la isla de los volcanes. Los inspectores se han constituido en esos centros, creados hace décadas por César Manrique, para pedirles los papeles y comprobar si tienen al corriente las licencias de apertura al público.