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Cosidó y el valor añadido al turismo

Tomó posesión este martes el nuevo jefe superior de Policía de Canarias, Valentín Solano San Miguel, en presencia de la cúpula policial española, con su director general, Ignacio Cosidó, al frente. El acto se celebró en la Supercomisaría de Las Palmas de Gran Canaria y tuvo su punto final en un almuerzo de los mandos policiales en el vecino hotel Santa Catalina. Solano, como les hemos adelantado aquí, presenta una abultada hoja de servicios, y reune el requisito impuesto por el Gobierno para los jefes superiores de comunidades multi provinciales: ser comisario principal. El toque político del acto lo puso Ignacio Cosidó, el nuevo director general de la Policía, un ex diputado del PP que se caracterizó en la anterior legislatura por una oposición implacable a los ministros del Interior socialistas. Conoce muy bien la Policía por dentro y tiene muy claros cuales son los objetivos que quiere alcanzar en su puesto. Este martes, en su discurso en Las Palmas de Gran Canaria, lo dejó claro: “disminuir la violencia contra los más vulnerables, la seguridad ciudadana, la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos, el crimen organizado o la lucha contra cualquier tipo de terrorismo”. Se trata de objetivos genéricos plausibles que no serían motivo de comentario si no fuera porque al director general se le olvidó, en el caso específico de Canarias, a la que se refirió expresamente, de la lucha contra la corrupción, aspecto tan protagónico estos años que ya ha pasado a ser directamente una maría. En un intento de adaptar su discurso al auditorio local, al señor Cosidó no se le ocurrió cosa mejor que hablar de la necesidad de potenciar la seguridad como valor añadido al turismo, añadiendo a continuación datos sobre delincuencia organizada en las islas y un inquietante aviso: “Nos enfrentamos a la amenaza emergente del terrorismo yihadista”. Una advertencia muy pertinente seguro en las reuniones internas de coordinación, pero bastante inconveniente si lo que se quiere es transmitir seguridad. Pero le agradecemos la visita. Vuelva cuando quiera, que esta es una tierra tranquila y segura.

Tomó posesión este martes el nuevo jefe superior de Policía de Canarias, Valentín Solano San Miguel, en presencia de la cúpula policial española, con su director general, Ignacio Cosidó, al frente. El acto se celebró en la Supercomisaría de Las Palmas de Gran Canaria y tuvo su punto final en un almuerzo de los mandos policiales en el vecino hotel Santa Catalina. Solano, como les hemos adelantado aquí, presenta una abultada hoja de servicios, y reune el requisito impuesto por el Gobierno para los jefes superiores de comunidades multi provinciales: ser comisario principal. El toque político del acto lo puso Ignacio Cosidó, el nuevo director general de la Policía, un ex diputado del PP que se caracterizó en la anterior legislatura por una oposición implacable a los ministros del Interior socialistas. Conoce muy bien la Policía por dentro y tiene muy claros cuales son los objetivos que quiere alcanzar en su puesto. Este martes, en su discurso en Las Palmas de Gran Canaria, lo dejó claro: “disminuir la violencia contra los más vulnerables, la seguridad ciudadana, la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos, el crimen organizado o la lucha contra cualquier tipo de terrorismo”. Se trata de objetivos genéricos plausibles que no serían motivo de comentario si no fuera porque al director general se le olvidó, en el caso específico de Canarias, a la que se refirió expresamente, de la lucha contra la corrupción, aspecto tan protagónico estos años que ya ha pasado a ser directamente una maría. En un intento de adaptar su discurso al auditorio local, al señor Cosidó no se le ocurrió cosa mejor que hablar de la necesidad de potenciar la seguridad como valor añadido al turismo, añadiendo a continuación datos sobre delincuencia organizada en las islas y un inquietante aviso: “Nos enfrentamos a la amenaza emergente del terrorismo yihadista”. Una advertencia muy pertinente seguro en las reuniones internas de coordinación, pero bastante inconveniente si lo que se quiere es transmitir seguridad. Pero le agradecemos la visita. Vuelva cuando quiera, que esta es una tierra tranquila y segura.