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Cuca impertinente en 'El Envite'

Todo lo que puede empeorar, empeora. Y el Gobierno de Canarias puede proponerse, en sustitución del telescopio extremadamente grande, como experiencia piloto mundial de la autenticidad de la Ley de Murphy: cualquier cosa que se le ocurra o cualquier contratiempo que pueda darse en los alrededores, automáticamente se convierte en fatalidad amplificada para todos los canarios. Tener como tenemos a esa consejera de Turismo, Rita Martín, y pretender defender su gestión equivale automáticamente la aparición del gafe. Le ocurrió este jueves al presidente Paulino Rivero, invitado de lujo en el programa de su tele, La Nuestra, El Envite. Justo cuando el entrevistado cantaba las excelencias de la política turística del Gobierno y de lo bien que lo hacen en los hoteles-escuela, como el que albergaba el programa (el de Santa Brígida) una impertinente cucaracha tamaño king size empezó a moverse alrededor del set televisivo amenazando provocar el grito de espanto a alguna de las personas presentes. Se mascó la tragedia, porque a ver quién explica que los gritos no hubieran sido por la falta de excelencia turística que padecemos, sino por los dislates del discurso presidencial.

Todo lo que puede empeorar, empeora. Y el Gobierno de Canarias puede proponerse, en sustitución del telescopio extremadamente grande, como experiencia piloto mundial de la autenticidad de la Ley de Murphy: cualquier cosa que se le ocurra o cualquier contratiempo que pueda darse en los alrededores, automáticamente se convierte en fatalidad amplificada para todos los canarios. Tener como tenemos a esa consejera de Turismo, Rita Martín, y pretender defender su gestión equivale automáticamente la aparición del gafe. Le ocurrió este jueves al presidente Paulino Rivero, invitado de lujo en el programa de su tele, La Nuestra, El Envite. Justo cuando el entrevistado cantaba las excelencias de la política turística del Gobierno y de lo bien que lo hacen en los hoteles-escuela, como el que albergaba el programa (el de Santa Brígida) una impertinente cucaracha tamaño king size empezó a moverse alrededor del set televisivo amenazando provocar el grito de espanto a alguna de las personas presentes. Se mascó la tragedia, porque a ver quién explica que los gritos no hubieran sido por la falta de excelencia turística que padecemos, sino por los dislates del discurso presidencial.