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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Dejaron dentro de los autores

La semana que ahora comienza va a ser testigo de nuevos acontecimientos relacionados con el escándalo Lifeblood, la empresa inmobiliaria que ganó ese concurso de más de 124 millones de euros ante la estupefacción del personal. Y va a ser una semana movidita porque es en ella en la que se espera que el Consejo de Gobierno acepte los relevos del director y de la secretaria general del Servicio Canario de Salud, Guillermo Martinón y Lourdes Quesada, respectivamente. Ambos se quedaron dentro del negociado cuando el PP abandonó el Gobierno de aquella manera tan descabellada, cuando en octubre Rajoy le dijo a Soria que se rajara (otra vez los movimientos del PP le salen caros). Pero el presidente de los conservadores canarios consiguió de Paulino Rivero un favor muy especial, que en Sanidad se quedaran dentro estos dos directivos, cuyo concurso ha sido crucial para que Lifeblood, la empresa que el PP quería que ganara, obtuviera este contrato de 124 millones de euros. El nuevo consejero de Sanidad, Fernando Bañolas, ha estado pacientemente esperando a que Martinón y Quesada dimitieran, pero ante la cerrazón de éstos, que no quieren aparecer como sospechosos ante la opinión pública, no habrá otra salida que destituirlos. Los nombres de los nuevos altos cargos están decididos (y contrastados con los interesados) desde hace más de una semana.

La semana que ahora comienza va a ser testigo de nuevos acontecimientos relacionados con el escándalo Lifeblood, la empresa inmobiliaria que ganó ese concurso de más de 124 millones de euros ante la estupefacción del personal. Y va a ser una semana movidita porque es en ella en la que se espera que el Consejo de Gobierno acepte los relevos del director y de la secretaria general del Servicio Canario de Salud, Guillermo Martinón y Lourdes Quesada, respectivamente. Ambos se quedaron dentro del negociado cuando el PP abandonó el Gobierno de aquella manera tan descabellada, cuando en octubre Rajoy le dijo a Soria que se rajara (otra vez los movimientos del PP le salen caros). Pero el presidente de los conservadores canarios consiguió de Paulino Rivero un favor muy especial, que en Sanidad se quedaran dentro estos dos directivos, cuyo concurso ha sido crucial para que Lifeblood, la empresa que el PP quería que ganara, obtuviera este contrato de 124 millones de euros. El nuevo consejero de Sanidad, Fernando Bañolas, ha estado pacientemente esperando a que Martinón y Quesada dimitieran, pero ante la cerrazón de éstos, que no quieren aparecer como sospechosos ante la opinión pública, no habrá otra salida que destituirlos. Los nombres de los nuevos altos cargos están decididos (y contrastados con los interesados) desde hace más de una semana.