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La deseada Brigada Judicial

Cuando alguien da vía libre a la vendetta, siempre hay quienes la aprovechan para cobrarse sus facturas. Y no hay reproches, por supuesto, porque abierta la veda, todo parece valer. La orden general de caza al desafecto presuntamente proviene del ministro de Industria, la ejecuta el jefe superior y su comisaria provincial, pero tiene como ideólogo al subdelegado del Gobierno en Las Palmas, Luis Molina, inspector de Policía en excedencia y diligente colaborador del líder del PP canario para trabajos especiales. Mari Carmen Hernández Bento, la delegada del Gobierno, hace de libre oyente, ve, calla y mira para otro lado. Luis Molina ha sido en ocasiones el encargado de transmitir a la guardia pretoriana de la Supercomisaría las promesas de ascenso que se han tornado imposibles de cumplir. Como la de hacer jefe superior a Ignacio Badenas, disfrutando ahora de un retiro dorado compensatorio como agregado de seguridad de la Embajada de España en Cuba (9.000 euros al mes, gastos aparte), aunque incluya tratar de sacar a Carromero de allí. Soria quería a Badenas como jefe superior tras los servicios prestados durante tanto tiempo, pero la instrucción ministerial de que ese rango solo lo ocuparan comisarios principales frustró las promesas. Pero hay más aspirantes con cartas de recomendación pendientes de ejecutar. Es el caso del comisario Juan Luis Regalado, actual jefe de la Brigada de Información, pero arrastrando la frustración de no haberse asentado al frente de la Brigada de la Policía Judicial, puesto que ocupó de manera interina durante la última etapa del mandato de Concepción de Vega como jefa superior. Regalado no pudo afianzarse en el puesto porque la Comisaría General no lo quiso confirmar, y lo desplazó de manera natural otro comisario que regresaba de la academia con el ascenso bajo el brazo, José Miguel Camejo. Hasta este mismo martes.

Cuando alguien da vía libre a la vendetta, siempre hay quienes la aprovechan para cobrarse sus facturas. Y no hay reproches, por supuesto, porque abierta la veda, todo parece valer. La orden general de caza al desafecto presuntamente proviene del ministro de Industria, la ejecuta el jefe superior y su comisaria provincial, pero tiene como ideólogo al subdelegado del Gobierno en Las Palmas, Luis Molina, inspector de Policía en excedencia y diligente colaborador del líder del PP canario para trabajos especiales. Mari Carmen Hernández Bento, la delegada del Gobierno, hace de libre oyente, ve, calla y mira para otro lado. Luis Molina ha sido en ocasiones el encargado de transmitir a la guardia pretoriana de la Supercomisaría las promesas de ascenso que se han tornado imposibles de cumplir. Como la de hacer jefe superior a Ignacio Badenas, disfrutando ahora de un retiro dorado compensatorio como agregado de seguridad de la Embajada de España en Cuba (9.000 euros al mes, gastos aparte), aunque incluya tratar de sacar a Carromero de allí. Soria quería a Badenas como jefe superior tras los servicios prestados durante tanto tiempo, pero la instrucción ministerial de que ese rango solo lo ocuparan comisarios principales frustró las promesas. Pero hay más aspirantes con cartas de recomendación pendientes de ejecutar. Es el caso del comisario Juan Luis Regalado, actual jefe de la Brigada de Información, pero arrastrando la frustración de no haberse asentado al frente de la Brigada de la Policía Judicial, puesto que ocupó de manera interina durante la última etapa del mandato de Concepción de Vega como jefa superior. Regalado no pudo afianzarse en el puesto porque la Comisaría General no lo quiso confirmar, y lo desplazó de manera natural otro comisario que regresaba de la academia con el ascenso bajo el brazo, José Miguel Camejo. Hasta este mismo martes.