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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Uno de los nueve despedidos

El chivo expiatorio del caso Patronato no estará solo mucho tiempo, se lo aseguramos. Porque cuando afloren nuevos “errores” será imposible seguir sosteniendo esa infumable confusión de la que con tanta poca credibilidad habla Águeda Montelongo. Y caerán nuevos nombres. Santana es hombre disciplinado y hace lo que se le ordena, lo mismo asumir a regañadientes y horas después de hacerse público un comunicado que él nunca habría escrito, que ir de relleno en la lista del PP al Ayuntamiento de La Oliva, la que encabeza Marcelino Figueroa, con quien almorzó este jueves ajeno al revuelo que se había montado por esa asunción de responsabilidades que él ignoraba por completo a la hora del potaje. Es miembro de la Ejecutiva insular del PP majorero y, hasta hace muy poquito tiempo, cargo de confianza en el Patronato de Turismo. Siguiendo órdenes de José Medina, él y los otros ocho cargos de confianza pidieron en bloque vacaciones y asuntos propios para ir a trabajar a la campaña del PP, lo que provocó un supino cabreo del presidente del Cabildo, que los puso a todos de patitas en la calle. A las 14.45 horas de este jueves no sabía nada de una confesión suya, aunque reconocía que le había telefoneado Carlos Figueroa, número dos del PP majorero, para anunciarle que iba a emitir una nota de prensa aclarando “lo de las facturas”. Por eso la confesión no está firmada por nadie.

El chivo expiatorio del caso Patronato no estará solo mucho tiempo, se lo aseguramos. Porque cuando afloren nuevos “errores” será imposible seguir sosteniendo esa infumable confusión de la que con tanta poca credibilidad habla Águeda Montelongo. Y caerán nuevos nombres. Santana es hombre disciplinado y hace lo que se le ordena, lo mismo asumir a regañadientes y horas después de hacerse público un comunicado que él nunca habría escrito, que ir de relleno en la lista del PP al Ayuntamiento de La Oliva, la que encabeza Marcelino Figueroa, con quien almorzó este jueves ajeno al revuelo que se había montado por esa asunción de responsabilidades que él ignoraba por completo a la hora del potaje. Es miembro de la Ejecutiva insular del PP majorero y, hasta hace muy poquito tiempo, cargo de confianza en el Patronato de Turismo. Siguiendo órdenes de José Medina, él y los otros ocho cargos de confianza pidieron en bloque vacaciones y asuntos propios para ir a trabajar a la campaña del PP, lo que provocó un supino cabreo del presidente del Cabildo, que los puso a todos de patitas en la calle. A las 14.45 horas de este jueves no sabía nada de una confesión suya, aunque reconocía que le había telefoneado Carlos Figueroa, número dos del PP majorero, para anunciarle que iba a emitir una nota de prensa aclarando “lo de las facturas”. Por eso la confesión no está firmada por nadie.