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La detención de Domingo Ramírez

También ha sido Manolo Soria, en su afán por buscar algo con lo que alimentar la hoguera de los disparates, el que ha vuelto a traer a colación la detención en 2006 del ex concejal teldense de su partido Domingo Ramírez. Miente como es habitual en él al afirmar que se utilizó un helicóptero (“apostado a 200 metros de su vivienda”, dijo el presidente del PP), como si hubiera algún tipo de temor policial a que el pobre Dominguito se echara a volar de buenas a primeras. Aquella detención fue rocambolesca fundamentalmente por la actitud que tomó el personaje a detener. Fue el día en que se detuvo a casi todo el grupo municipal de gobierno, del PP, con su alcalde a la cabeza, y advertido Ramírez, se refugió en su casa, donde echó la llave y se negó a abrir a cualquiera que tocara. Cuando llegó la Policía no tuvo forma de entrar para entregarle la orden del juez, lo que unido a la algarabía y los rumores que corrían por todo Telde, hizo que se agolparan a las puertas del edificio de San Gregorio todos los medios de comunicación y numerosos curiosos. Fue la detención más larga de toda la operación Faycán.

También ha sido Manolo Soria, en su afán por buscar algo con lo que alimentar la hoguera de los disparates, el que ha vuelto a traer a colación la detención en 2006 del ex concejal teldense de su partido Domingo Ramírez. Miente como es habitual en él al afirmar que se utilizó un helicóptero (“apostado a 200 metros de su vivienda”, dijo el presidente del PP), como si hubiera algún tipo de temor policial a que el pobre Dominguito se echara a volar de buenas a primeras. Aquella detención fue rocambolesca fundamentalmente por la actitud que tomó el personaje a detener. Fue el día en que se detuvo a casi todo el grupo municipal de gobierno, del PP, con su alcalde a la cabeza, y advertido Ramírez, se refugió en su casa, donde echó la llave y se negó a abrir a cualquiera que tocara. Cuando llegó la Policía no tuvo forma de entrar para entregarle la orden del juez, lo que unido a la algarabía y los rumores que corrían por todo Telde, hizo que se agolparan a las puertas del edificio de San Gregorio todos los medios de comunicación y numerosos curiosos. Fue la detención más larga de toda la operación Faycán.