El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
59 días después
Por mucho que la prensa de la derecha se empeñara, la noticia de este domingo no fue la reelección de Mariano Rajoy como presidente del Partido Popular, un refrendo que obtuvo sin despeinarse y sin tener que enfangarse en engorrosos procesos democráticos que ya ven ustedes los resultados que dan en el Partido Republicano estadounidense o en el PSOE. La noticia de este domingo estaba en las calles de decenas de ciudades españolas que, a la misma hora que en Sevilla 3.000 fieles compromisarios aplaudían a rabiar las proclamas del presidente del Gobierno, se llenaban de manifestantes cabreados con la reforma laboral aprobada vía Real Decreto por el Partido Popular. Tiene que resultar incómodo para un periodista serio, de esos que pueblan las redacciones de El Mundo, de La Razón o del ABC tener que soportar el bochorno de trabajar para un diario que minimiza el clamor popular y coloca por encima en orden de importancia la apasionada defensa del tijeretazo a los derechos laborales que Rajoy hacía en Sevilla. Por desgracia para el PP y para la prensa que jalea esas medidas, resulta por completo imposible acallar tantas decenas de miles de voces que plagaron las redes sociales de definiciones del Gobierno muy poco gratas. Y sólo han pasado 59 días desde que tomó posesión.
Por mucho que la prensa de la derecha se empeñara, la noticia de este domingo no fue la reelección de Mariano Rajoy como presidente del Partido Popular, un refrendo que obtuvo sin despeinarse y sin tener que enfangarse en engorrosos procesos democráticos que ya ven ustedes los resultados que dan en el Partido Republicano estadounidense o en el PSOE. La noticia de este domingo estaba en las calles de decenas de ciudades españolas que, a la misma hora que en Sevilla 3.000 fieles compromisarios aplaudían a rabiar las proclamas del presidente del Gobierno, se llenaban de manifestantes cabreados con la reforma laboral aprobada vía Real Decreto por el Partido Popular. Tiene que resultar incómodo para un periodista serio, de esos que pueblan las redacciones de El Mundo, de La Razón o del ABC tener que soportar el bochorno de trabajar para un diario que minimiza el clamor popular y coloca por encima en orden de importancia la apasionada defensa del tijeretazo a los derechos laborales que Rajoy hacía en Sevilla. Por desgracia para el PP y para la prensa que jalea esas medidas, resulta por completo imposible acallar tantas decenas de miles de voces que plagaron las redes sociales de definiciones del Gobierno muy poco gratas. Y sólo han pasado 59 días desde que tomó posesión.