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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Dos directivos implicándose antitestatutariamente

Juan Manuel Suárez del Toro, que se ha visto envuelto en una operación cuyo alcance y verdaderas intenciones todavía no le han explicado del todo, está tratando de desactivar el tremendo polvorín en que lo han sentado. Ha confirmado que almorzó con Juan Francisco García (presidente de Canarias7), con Juan Manuel García Falcón, director general de La Caja, y con Antonio Marrero, el presidente saliente. Pero para que la gravedad del encuentro no cuente a efectos estatutarios, ha dicho que se produjo el domingo, y no el lunes, cuando ya había quedado abierto el proceso electoral. Los estatutos de La Caja prohiben a los trabajadores y a los directivos participar en procesos electorales, y ese almuerzo del lunes tiene toda la pinta de ser una sonora metedura de pata que, en rigor, podría costar un disgusto a alguno de los comensales. Uno de ellos quizá esté acostumbrado a hacer lo que le sale de las narices y a que nadie se lo reproche, y convenció a los demás de la impunidad del acto.

Juan Manuel Suárez del Toro, que se ha visto envuelto en una operación cuyo alcance y verdaderas intenciones todavía no le han explicado del todo, está tratando de desactivar el tremendo polvorín en que lo han sentado. Ha confirmado que almorzó con Juan Francisco García (presidente de Canarias7), con Juan Manuel García Falcón, director general de La Caja, y con Antonio Marrero, el presidente saliente. Pero para que la gravedad del encuentro no cuente a efectos estatutarios, ha dicho que se produjo el domingo, y no el lunes, cuando ya había quedado abierto el proceso electoral. Los estatutos de La Caja prohiben a los trabajadores y a los directivos participar en procesos electorales, y ese almuerzo del lunes tiene toda la pinta de ser una sonora metedura de pata que, en rigor, podría costar un disgusto a alguno de los comensales. Uno de ellos quizá esté acostumbrado a hacer lo que le sale de las narices y a que nadie se lo reproche, y convenció a los demás de la impunidad del acto.