El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Discotecas que son bares de copas
Nos consta que Marco Incomparable se está tirando de los pelos, no porque esté arrepentido de meterle a Pepe Juan una moción de censura con la bendición de Mauricio y la financiación de unos aguerridos empresarios, sino por haberle dado tanta confianza a Juan Francisco Ramírez. También anda lamentándose por las esquinas David Delgado, jefe del PSC en Maspalomas, que creyó que la censura era la oportunidad que el destino le tenía reservada para el asalto final al Ayuntamiento. Los empresarios ya no están tan contentos con Marco Incomparable, y el PSC ha descubierto que lo que creía suelo electoral es el ático. En este contexto, Ramírez hace lo que se le pone en la punta de la nariz; firma decretos que no puede, legaliza al empresario amigo un chiringuito que nadie legalizaría jamás, deja que la Policía Local relaje la vigilancia en la Plaza de Maspalomas? Y sucede lo que tiene que suceder cuando las cosas no se hacen con un mínimo de normalidad, que desaparece la más mínima seguridad, que los bares de copas se convierten en discotecas o en salas de fiestas con espectáculos y hasta streptease el aire libre. Jauja. El objetivo parece claro: que un determinado grupo de empresarios muy concreto, los propietarios de los cinco o seis locales que se benefician de esta laxitud, hagan su agosto cuando corresponde. Y luego ya veremos cómo arreglamos ?lo nuestro?.
Nos consta que Marco Incomparable se está tirando de los pelos, no porque esté arrepentido de meterle a Pepe Juan una moción de censura con la bendición de Mauricio y la financiación de unos aguerridos empresarios, sino por haberle dado tanta confianza a Juan Francisco Ramírez. También anda lamentándose por las esquinas David Delgado, jefe del PSC en Maspalomas, que creyó que la censura era la oportunidad que el destino le tenía reservada para el asalto final al Ayuntamiento. Los empresarios ya no están tan contentos con Marco Incomparable, y el PSC ha descubierto que lo que creía suelo electoral es el ático. En este contexto, Ramírez hace lo que se le pone en la punta de la nariz; firma decretos que no puede, legaliza al empresario amigo un chiringuito que nadie legalizaría jamás, deja que la Policía Local relaje la vigilancia en la Plaza de Maspalomas? Y sucede lo que tiene que suceder cuando las cosas no se hacen con un mínimo de normalidad, que desaparece la más mínima seguridad, que los bares de copas se convierten en discotecas o en salas de fiestas con espectáculos y hasta streptease el aire libre. Jauja. El objetivo parece claro: que un determinado grupo de empresarios muy concreto, los propietarios de los cinco o seis locales que se benefician de esta laxitud, hagan su agosto cuando corresponde. Y luego ya veremos cómo arreglamos ?lo nuestro?.