Un dossier de altos vuelos

Se cuece, se siente, se le ve venir... Un amplio y voluminoso dossier, es decir, gordo y tamaño tabloide, se cierne sobre determinados gerentes de muy determinada empresa con sede en los aeropuertos canarios. Una empresa que, sin embargo, no vuela, ni aterriza, ni hace piruetas, si bien es cierto que algunas piruetas sí han sido detectadas en tan compleja gerencia que ha llevado a algunos de los propietarios a plantearse seriamente un cambio radical. Mientras se lo piensan, alguna mano generosa ha colocado el dossier en una redacción de periódico, donde lo desmenuzan, lo miran con lupa, se echan las manos a la cabeza y buscan espacio en la próxima edición. Los gerentes, mientras, se hacen los suecos y miran a los celajes, como si en postura tan alambicada pudieran evitar lo que se les viene encima. Gordo es.

Se cuece, se siente, se le ve venir... Un amplio y voluminoso dossier, es decir, gordo y tamaño tabloide, se cierne sobre determinados gerentes de muy determinada empresa con sede en los aeropuertos canarios. Una empresa que, sin embargo, no vuela, ni aterriza, ni hace piruetas, si bien es cierto que algunas piruetas sí han sido detectadas en tan compleja gerencia que ha llevado a algunos de los propietarios a plantearse seriamente un cambio radical. Mientras se lo piensan, alguna mano generosa ha colocado el dossier en una redacción de periódico, donde lo desmenuzan, lo miran con lupa, se echan las manos a la cabeza y buscan espacio en la próxima edición. Los gerentes, mientras, se hacen los suecos y miran a los celajes, como si en postura tan alambicada pudieran evitar lo que se les viene encima. Gordo es.