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Emalsa, al Constitucional

Se lo ha pensado detenidamente la empresa Canaragua pero finalmente ha decidido recurrir la última sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJC, la que terminaba por bendecir la pritavización de Emalsa tal como está. Considera la compañía que no hay que tirar la toalla hasta agotar la última posibilidad, y como consideran vulnerados sus derechos fundamentales en las últimas resoluciones del magistrado Gómez Cáceres, para el Tribunal Constitucional que se van con la esperanza de que sus reclamaciones sean atendidas. Será el último cartucho judicial, y probablemente la última oportunidad para hacerse con el 49% de la empresa municipal de distribución de aguas, porque si prosperan las actuales negociaciones, Sacyr-Valoriza se deshará de su división de servicios para limitarse a la gran obra pública. Y Suez, accionista de referencia de Canaragua, tiene todos los boletos para quedarse con esa joya que ha puesto en venta Luis del Rivero. Las carambolas empresariales harán que Suez y Saur terminen por compartir consejo de administración de Emalsa junto al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Pero, ¿y si son atendidas las pretensiones constitucionales de Canaragua? La paradoja estaría servida, porque se encontraría con la titularidad del 49% del capital de Emalsa más el 33% de la actual propiedad que reclamaría lucro cesante y daño emergente, que es con lo que Saur y Valoriza han amenazado siempre (y siempre sin razón) a este asustadizo Ayuntamiento.

Se lo ha pensado detenidamente la empresa Canaragua pero finalmente ha decidido recurrir la última sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJC, la que terminaba por bendecir la pritavización de Emalsa tal como está. Considera la compañía que no hay que tirar la toalla hasta agotar la última posibilidad, y como consideran vulnerados sus derechos fundamentales en las últimas resoluciones del magistrado Gómez Cáceres, para el Tribunal Constitucional que se van con la esperanza de que sus reclamaciones sean atendidas. Será el último cartucho judicial, y probablemente la última oportunidad para hacerse con el 49% de la empresa municipal de distribución de aguas, porque si prosperan las actuales negociaciones, Sacyr-Valoriza se deshará de su división de servicios para limitarse a la gran obra pública. Y Suez, accionista de referencia de Canaragua, tiene todos los boletos para quedarse con esa joya que ha puesto en venta Luis del Rivero. Las carambolas empresariales harán que Suez y Saur terminen por compartir consejo de administración de Emalsa junto al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Pero, ¿y si son atendidas las pretensiones constitucionales de Canaragua? La paradoja estaría servida, porque se encontraría con la titularidad del 49% del capital de Emalsa más el 33% de la actual propiedad que reclamaría lucro cesante y daño emergente, que es con lo que Saur y Valoriza han amenazado siempre (y siempre sin razón) a este asustadizo Ayuntamiento.