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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Todo se enredó de manera diabólica

El asunto de Minerva Marrero llegó envenenado al juzgado de guardia, donde la juez apreció algunas contradicciones en la versión del padre del niño, lo que le resultó suficiente para abrir diligencias y enviar al juzgado de Violencia machista el expediente sobre los presuntos malos tratos. Eso hubiera bastado para retener al niño y a su padre en Canarias, en lo que se dilicidaba si él fue quien verdaderamente actuó e manera imapropiada. Desgraciadamente, el juez decidió no tocar el asunto, quitarse de en medio e intentar que el marrón se lo comiera precisamente la denunciante. La traducción a ese desentendimiento ha sido la segunda detención de Minerva Marrero y su envío a la Audiencia Nacional, donde se verán obligados a enviar a la grancanaria a las autoridades policiales alemanas. Para ese viaje y esos resultados, por el camino se han quedado muchas cosas: desde la incompetencia de la comisaría provincial de la Policía para ejercer con prudencia y esmero, hasta la frustración que produce que un juez pueda desentenderse de unos malos tratos simplemente porque venían envenenados desde Alemania. El caso no ha hecho más que empezar.

El asunto de Minerva Marrero llegó envenenado al juzgado de guardia, donde la juez apreció algunas contradicciones en la versión del padre del niño, lo que le resultó suficiente para abrir diligencias y enviar al juzgado de Violencia machista el expediente sobre los presuntos malos tratos. Eso hubiera bastado para retener al niño y a su padre en Canarias, en lo que se dilicidaba si él fue quien verdaderamente actuó e manera imapropiada. Desgraciadamente, el juez decidió no tocar el asunto, quitarse de en medio e intentar que el marrón se lo comiera precisamente la denunciante. La traducción a ese desentendimiento ha sido la segunda detención de Minerva Marrero y su envío a la Audiencia Nacional, donde se verán obligados a enviar a la grancanaria a las autoridades policiales alemanas. Para ese viaje y esos resultados, por el camino se han quedado muchas cosas: desde la incompetencia de la comisaría provincial de la Policía para ejercer con prudencia y esmero, hasta la frustración que produce que un juez pueda desentenderse de unos malos tratos simplemente porque venían envenenados desde Alemania. El caso no ha hecho más que empezar.