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Estanqueidad subjetiva en la Audiencia

No somos muy amigos del periodismo de declaraciones porque, a poco que te descuides, los políticos, empresarios, funcionarios y futbolistas te llenan el periódico con sus meditaciones profundas y se te acaba el espacio para el horóscopo, que tampoco tenemos, por cierto. Por eso no hemos llamado ni a Paco Zumaquero ni a Diego León, cuyas opiniones podrían ser muy jugosas acerca de la renovación parcial del pleno de la Audiencia de Cuentas que ha afectado a Inocencio Hernández, Juan Marrero Portugués y José Carlos Naranjo. Algunos de ellos olían a carne de reciclaje, pero los milagros que se producen en esta tierra alcanzan en ocasiones tal calibre que mejor es no hacer pronósticos nunca. Ya saben que los señores consejeros auditores han sido durísimamente criticados por algunos de sus informes, particularmente por el del caso Icfem. Sin embargo, alguien no ha transmitido bien el mensaje y el Parlamento, es decir, las tres fuerzas mayoritarias, los han renovado. Comprendemos los brincos de alegría que todavía están dando los beneficiados.

No somos muy amigos del periodismo de declaraciones porque, a poco que te descuides, los políticos, empresarios, funcionarios y futbolistas te llenan el periódico con sus meditaciones profundas y se te acaba el espacio para el horóscopo, que tampoco tenemos, por cierto. Por eso no hemos llamado ni a Paco Zumaquero ni a Diego León, cuyas opiniones podrían ser muy jugosas acerca de la renovación parcial del pleno de la Audiencia de Cuentas que ha afectado a Inocencio Hernández, Juan Marrero Portugués y José Carlos Naranjo. Algunos de ellos olían a carne de reciclaje, pero los milagros que se producen en esta tierra alcanzan en ocasiones tal calibre que mejor es no hacer pronósticos nunca. Ya saben que los señores consejeros auditores han sido durísimamente criticados por algunos de sus informes, particularmente por el del caso Icfem. Sin embargo, alguien no ha transmitido bien el mensaje y el Parlamento, es decir, las tres fuerzas mayoritarias, los han renovado. Comprendemos los brincos de alegría que todavía están dando los beneficiados.