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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Fallaron las emergencias

En un remedo grotesco de lo ocurrido en otros sucesos dramáticos, también a la hora de opinar sobre este accidente de Santiago de Compostela se han conformado dos bandos claramente encontrados. De un lado, los que quieren dar por zanjada la cuestión de inmediato culpando al maquinista, felicitando (con todo merecimiento) a vecinos, fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, y soslayando el nada despreciable dato de que quizás pudieron salvarse algunas vidas más si los servicios de emergencia hubieran operado de manera más coordinada. Del otro lado nos situamos los que queremos la verdad completa, incluido el comportamiento del maquinista, pero también la situación de la vía, las medidas en funcionamiento, las que se dejaron de poner (si alguna se dejó de poner); y los que queremos saber qué problema de coordinación hubo en las emergencias para que todo se retrasara una eternidad y obligara a los vecinos y a los primeros policías que llegaron al lugar a actuar como socorristas sin medios ni preparación adecuadas. Una información servida este domingo por El País ha puesto de relieve graves retrasos y descoordinaciones que demoraron tanto la llegada de las ambulancias que los heridos eran sacados de los vagones en tablones a modo de camillas. El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, con la intención de ensalzar la labor de sus hombres (encomiable, por otra parte) dio sin querer en el clavo cuando en Twitter escribió, junto a una fotografía (la que aparece a la derecha) “esta imagen lo dice todo”. Cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía trasladan a un herido sobre un palet de mercancías ante la escasez evidente de camillas y de personal especializado. Pues sí, la imagen lo decía todo, pero en ambos sentidos. A los fallos del dispositivo de emergencias hay que unir una inquietante información difundida por El Diario Vasco, que aseguraba que no se utilizaron los centros sanitarios más cercanos al lugar del accidente y sí hospitales privados más alejados. Cinco quirófanos recientemente reformados pero cerrados por los recortes en el cercano hospital de Conxo no fueron utilizados para la emergencia, denuncian los sindicatos.

En un remedo grotesco de lo ocurrido en otros sucesos dramáticos, también a la hora de opinar sobre este accidente de Santiago de Compostela se han conformado dos bandos claramente encontrados. De un lado, los que quieren dar por zanjada la cuestión de inmediato culpando al maquinista, felicitando (con todo merecimiento) a vecinos, fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, y soslayando el nada despreciable dato de que quizás pudieron salvarse algunas vidas más si los servicios de emergencia hubieran operado de manera más coordinada. Del otro lado nos situamos los que queremos la verdad completa, incluido el comportamiento del maquinista, pero también la situación de la vía, las medidas en funcionamiento, las que se dejaron de poner (si alguna se dejó de poner); y los que queremos saber qué problema de coordinación hubo en las emergencias para que todo se retrasara una eternidad y obligara a los vecinos y a los primeros policías que llegaron al lugar a actuar como socorristas sin medios ni preparación adecuadas. Una información servida este domingo por El País ha puesto de relieve graves retrasos y descoordinaciones que demoraron tanto la llegada de las ambulancias que los heridos eran sacados de los vagones en tablones a modo de camillas. El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, con la intención de ensalzar la labor de sus hombres (encomiable, por otra parte) dio sin querer en el clavo cuando en Twitter escribió, junto a una fotografía (la que aparece a la derecha) “esta imagen lo dice todo”. Cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía trasladan a un herido sobre un palet de mercancías ante la escasez evidente de camillas y de personal especializado. Pues sí, la imagen lo decía todo, pero en ambos sentidos. A los fallos del dispositivo de emergencias hay que unir una inquietante información difundida por El Diario Vasco, que aseguraba que no se utilizaron los centros sanitarios más cercanos al lugar del accidente y sí hospitales privados más alejados. Cinco quirófanos recientemente reformados pero cerrados por los recortes en el cercano hospital de Conxo no fueron utilizados para la emergencia, denuncian los sindicatos.