El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El fantasma de DSK
El debate alcanzó su punto álgido en el momento en el que los debatientes caían más bajo. Fue nuevamente Sarkozy, al que se le apreció más nervioso que su rival, quien se atrevió a vomitar sobre la mesa el asunto de Strauss Kahn, el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional involucrado en feos asuntos de abusos sexuales. Hollande, una vez más, zanjó el atrevimiento de su oponente lanzándole una pregunta muy directa: “¿Controla usted la vida privada de todos sus colaboradores?” Mutis por el foro. La decisión de madame Le Pen de dar libertad a sus seguidores pero anunciar que votará en blanco a la espera de las legislativas de junio, que votará azul marino, puede inclinar el resultado de la segunda vuelta del domingo. Hollande parte con ventaja, y por su triunfo rezan hasta los más conspicuos conservadores del Gobierno de Mariano Rajoy. Si el socialista francés gana y consigue ese “nuevo estado de espíritu” que proclama, una parte de los desafueros involucionistas del PP español podrían quedar injustificados. Luego tendremos que seguir batallando para frenar todas las demás medidas que con la coartada de la crisis y el déficit público van a colocarnos en la cola de los países civilizados.
El debate alcanzó su punto álgido en el momento en el que los debatientes caían más bajo. Fue nuevamente Sarkozy, al que se le apreció más nervioso que su rival, quien se atrevió a vomitar sobre la mesa el asunto de Strauss Kahn, el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional involucrado en feos asuntos de abusos sexuales. Hollande, una vez más, zanjó el atrevimiento de su oponente lanzándole una pregunta muy directa: “¿Controla usted la vida privada de todos sus colaboradores?” Mutis por el foro. La decisión de madame Le Pen de dar libertad a sus seguidores pero anunciar que votará en blanco a la espera de las legislativas de junio, que votará azul marino, puede inclinar el resultado de la segunda vuelta del domingo. Hollande parte con ventaja, y por su triunfo rezan hasta los más conspicuos conservadores del Gobierno de Mariano Rajoy. Si el socialista francés gana y consigue ese “nuevo estado de espíritu” que proclama, una parte de los desafueros involucionistas del PP español podrían quedar injustificados. Luego tendremos que seguir batallando para frenar todas las demás medidas que con la coartada de la crisis y el déficit público van a colocarnos en la cola de los países civilizados.