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OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

Galería de personajes excesivos

En una sola jornada han llenado con amplitud su cuarto de hora de gloria. Incluso más, horas de gloria hasta resultar cansinos, majaderos, hasta odiosos. Media docena de personajes que fueron noticia, chanza o chascarrillo por las más variadas cuestiones, unas políticas, otras judiciales, otras bufas, otras anecdóticas. Porque ya empieza a ser anecdótico, por ejemplo, encontrarse al ex teniente coronel Tejero Molina, exaltado golpista teóricamente rehabilitado para vivir en una democracia, disfrutando tan ricamente de las delicias climáticas de la isla de La Palma. Tejero fue visto el pasado viernes, en horas de mediodía dándose un baño en las piscinas naturales del aeroclub, lugar que abandonó con cara de pocos amigos al sentirse observado. No es la primera vez que tamaño personaje, remedo de lo más rudo y casposo de la España cañí y precursor de esas nuevas mesnadas de neodorados, visita La Palma, isla a la que le unirá algún lazo que seguro, pero seguro, seguro, no será político. O eso esperamos.

En una sola jornada han llenado con amplitud su cuarto de hora de gloria. Incluso más, horas de gloria hasta resultar cansinos, majaderos, hasta odiosos. Media docena de personajes que fueron noticia, chanza o chascarrillo por las más variadas cuestiones, unas políticas, otras judiciales, otras bufas, otras anecdóticas. Porque ya empieza a ser anecdótico, por ejemplo, encontrarse al ex teniente coronel Tejero Molina, exaltado golpista teóricamente rehabilitado para vivir en una democracia, disfrutando tan ricamente de las delicias climáticas de la isla de La Palma. Tejero fue visto el pasado viernes, en horas de mediodía dándose un baño en las piscinas naturales del aeroclub, lugar que abandonó con cara de pocos amigos al sentirse observado. No es la primera vez que tamaño personaje, remedo de lo más rudo y casposo de la España cañí y precursor de esas nuevas mesnadas de neodorados, visita La Palma, isla a la que le unirá algún lazo que seguro, pero seguro, seguro, no será político. O eso esperamos.