El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
¿Y Gran Canaria?
José Miguel Pérez tiene ante sí uno de los peores marrones que jamás se haya metido entre pecho y espalda un secretario general del PSC: nada menos que separar la paja del trigo de la organización socialista de una isla tan potente desde el punto de vista orgánico como Tenerife. Un atrevimiento que no se permitieron secretarios generales como Juan Carlos Alemán, que lo fue todo en el socialismo tinerfeño y casi todo en el socialismo canario. Los gajes del destino han querido que Alemán esté ahora del lado del equipo que va a meter bisturí en la organización en Tenerife para prepararla para unas elecciones duras en las que lo último que se desea es que el aparato oficial meta palos en las ruedas de los candidatos del partido. Los damnificados por la intervención del PSC tinerfeño se quejan de que eso jamás se hiciera con Gran Canaria, donde es cierto que ese partido atravesó muy malos momentos hace unas décadas sin que hubiera necesidad ninguna de disolverlo por las bravas. Ahora hay cierto control de la situación gracias a los mismos de siempre. Peso ésa es otra historia que estamos dispuestos a contarles a poco nos metamos en serio.
José Miguel Pérez tiene ante sí uno de los peores marrones que jamás se haya metido entre pecho y espalda un secretario general del PSC: nada menos que separar la paja del trigo de la organización socialista de una isla tan potente desde el punto de vista orgánico como Tenerife. Un atrevimiento que no se permitieron secretarios generales como Juan Carlos Alemán, que lo fue todo en el socialismo tinerfeño y casi todo en el socialismo canario. Los gajes del destino han querido que Alemán esté ahora del lado del equipo que va a meter bisturí en la organización en Tenerife para prepararla para unas elecciones duras en las que lo último que se desea es que el aparato oficial meta palos en las ruedas de los candidatos del partido. Los damnificados por la intervención del PSC tinerfeño se quejan de que eso jamás se hiciera con Gran Canaria, donde es cierto que ese partido atravesó muy malos momentos hace unas décadas sin que hubiera necesidad ninguna de disolverlo por las bravas. Ahora hay cierto control de la situación gracias a los mismos de siempre. Peso ésa es otra historia que estamos dispuestos a contarles a poco nos metamos en serio.