El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Grietas en Coalición Canaria y en el PSOE por la Ley del Suelo
Juan Fernando López Aguilar acaba de anunciar que él también estampará su firma en el manifiesto “Canarias no es un solar”, una acción ciudadana y política que se opone frontalmente a la Ley del Suelo que Fernando Clavijo ha convertido en el proyecto estrella de su mandato. No es que el ex ministro de Justicia atraviese el mejor momento de su carrera política, ni que tras él se alinee un ejército de militantes y altos cargos socialistas, pero su anuncio (hecho este miércoles en la Cadena Ser) es un gesto inequívoco de que dentro del PSOE canario hay una fuerte división por la deriva que está tomando el pacto de gobierno entre su partido y Coalición Canaria.
Un gesto y una bomba de efectos retardados. Gracias a ella van a empezar a aflorar de modo diáfano todas las quejas reprimidas ante el comportamiento que está manifestando el PSOE en el pacto de gobierno: desde el nombramiento de una militante del PP como directora general de Justicia hasta el uso excesivo de un apartamento gubernamental por parte de la vicepresidenta Patricia Hernández alegando lactancia de su bebé.
Tampoco Paulino Rivero es ahora el aglutinador de voluntades nacionalistas que llegó a ser durante los ocho años que estuvo al frente del Gobierno de Canarias, pero que haya decidido secundar también esa acción contra la Ley del Suelo simboliza la contestación que también anida en el seno de Coalición Canaria por la deriva conservadora, pueblerina y en demasiadas ocasiones ansiosa del Gobierno que encabeza Fernando Clavijo.
Si Rivero y López Aguilar han decidido dar ese paso es porque saben que no están solos, que hay nacionalistas y socialistas bastante disconformes (seguramente por motivos distintos) con iniciativas como la Ley del Suelo. Pero si además ellos van a capitanear esa oposición, es bastante seguro que a continuación otros dirigentes de ambas formaciones les secundarán.
Fernando Clavijo no se ha recatado lo más mínimo a la hora de reconocer en el Parlamento de Canarias de que sí, que efectivamente, él gobierna para los empresarios, y los empresarios de Canarias tampoco han ocultado su inmensa satisfacción por contar al frente del Ejecutivo con una persona que traduce perfectamente en clave legislativa sus ansias de romper los corsés que hasta ahora les están impidiendo disponer del territorio a su libre albedrío.
Hay unanimidad en la clase empresarial canaria en torno a este asunto. Y tras la satisfacción empresarial aflora sin disimulo la del Partido Popular, que ve en la Ley del Suelo y en otros hitos clavijistas una nueva fórmula de gobernar en Canarias: desde la oposición, sin sufrir desgaste alguno y viendo cumplidas todas sus expectativas liberales.
Porque si cuaja el agrietamiento que empieza a adivinarse en Coalición Canaria y en el PSOE en torno a este todavía anteproyecto, será el Partido Popular –desde la oposición, hay que insistir- el que salve a Clavijo de una derrota histórica. Sin menospreciar lo más mínimo los tres votos de la Agrupación Socialista Gomera, de Casimiro Curbelo, satisfechísimo con las concesiones (algunas todavía en fase de promesa) que le hace el Gobierno de CC y el PSOE.
El presidente no tiene ninguna intención de replantearse la Ley del Suelo. La someterá, porque no le queda otra, al debate parlamentario, y será entonces cuando podrá medirse la coherencia y la solidez de los planteamientos de cada grupo parlamentario, además de las disidencias que ya se vienen manifestando de modo claro en el de los socialistas.
Ya ha habido, que se conozcan, cuatro deserciones de técnicos adscritos a la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias, la vilipendiada Cotmac que tanto Clavijo como el PP quieren demoler como primera consecuencia de la pretendida ley. Una geógrafa, dos abogados y un arquitecto han pedido trasladarse a otros servicios de la Comunidad Autónoma. No quieren ser testigos del desmantelamiento del control urbanístico que se viene encima.
Mientras, el presidente defiende su proyecto estrella con muchas intervenciones y muchas declaraciones periodísticas, unas más cuerdas que otras. Afirmar, como hizo este domingo en la entrevista que le publicaron en los dos periódicos de Prensa Canaria, que hay 1.000 millones de inversión detenidos a la espera de la Ley del Suelo, lejos de ser un anuncio esperanzador, aterroriza: ¿hay inversores esperando a que se abra el grifo a la devastación para invertir? ¿Quiénes son? ¿Cuáles son sus proyectos? ¿Se acogen al actual borrador de la ley o alguien les ha prometido que los cambios en la tramitación parlamentaria serán de puro maquillaje? ¿No hay suelo clasificado suficiente para canalizar esas inversiones? ¿Es todo mentira?
Juan Fernando López Aguilar acaba de anunciar que él también estampará su firma en el manifiesto “Canarias no es un solar”, una acción ciudadana y política que se opone frontalmente a la Ley del Suelo que Fernando Clavijo ha convertido en el proyecto estrella de su mandato. No es que el ex ministro de Justicia atraviese el mejor momento de su carrera política, ni que tras él se alinee un ejército de militantes y altos cargos socialistas, pero su anuncio (hecho este miércoles en la Cadena Ser) es un gesto inequívoco de que dentro del PSOE canario hay una fuerte división por la deriva que está tomando el pacto de gobierno entre su partido y Coalición Canaria.
Un gesto y una bomba de efectos retardados. Gracias a ella van a empezar a aflorar de modo diáfano todas las quejas reprimidas ante el comportamiento que está manifestando el PSOE en el pacto de gobierno: desde el nombramiento de una militante del PP como directora general de Justicia hasta el uso excesivo de un apartamento gubernamental por parte de la vicepresidenta Patricia Hernández alegando lactancia de su bebé.