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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Guillermo Mariscal Ecuestre

Muy mosqueado, pero no se pueden imaginar cuánto, anda el personal más tradicionalista y castizo del Partido Popular con la ocurrencia del Gobierno socialista de ZP de retirar de Madrid la última estatua de su Excelencia, el antecesor de la otra su Excelencia que tenemos por aquí. No comprenden tanto rojerío, tanta radicalidad innecesaria, con lo bonita y viril que quedaba esa estatua ecuestre junto a los Nuevos Ministerios. Incomprensible, la verdad. Los efluvios patrióticos y nostálgicos no se quedaron en Madrid. Aquí, y más concretamente en el Cabildo de Soria, provincia de Las Palmas, hubo indignación este jueves. Al secretario político del grupo del PP, Guillermo Mariscal padre, se le pudo escuchar por los pasillos recriminar el asunto a su homólogo del PSOE, José Tristán: Qué, lo próximo será prohibir las manifestaciones de la fe católica. O sea, las procesiones. Bendito sea Dios, le dijo. Tristán, con los ojos como platos.

Muy mosqueado, pero no se pueden imaginar cuánto, anda el personal más tradicionalista y castizo del Partido Popular con la ocurrencia del Gobierno socialista de ZP de retirar de Madrid la última estatua de su Excelencia, el antecesor de la otra su Excelencia que tenemos por aquí. No comprenden tanto rojerío, tanta radicalidad innecesaria, con lo bonita y viril que quedaba esa estatua ecuestre junto a los Nuevos Ministerios. Incomprensible, la verdad. Los efluvios patrióticos y nostálgicos no se quedaron en Madrid. Aquí, y más concretamente en el Cabildo de Soria, provincia de Las Palmas, hubo indignación este jueves. Al secretario político del grupo del PP, Guillermo Mariscal padre, se le pudo escuchar por los pasillos recriminar el asunto a su homólogo del PSOE, José Tristán: Qué, lo próximo será prohibir las manifestaciones de la fe católica. O sea, las procesiones. Bendito sea Dios, le dijo. Tristán, con los ojos como platos.