El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Por no hablar de 'Eolo'
Ya que Soria vuelve a hablar de camarillas policiales, y además de éstas que tan ricamente operaron en Góndola y Argote en favor del PP, no podemos dejar de relatarles los impagables favores que desde la Policía se hicieron a ese partido durante la investigación del caso Eolo. Dirigida la investigación por la Brigada de la Policía Judicial, se alcanzó el milagro de no investigar al consejero de Industria, a la sazón Luis Soria, ni por asomo. Por no haber, en el sumario no existe ni el menor indicio de una conversación telefónica del principal encartado, el director general de Industria, Celso Perdomo, con quien entonces era su superior, el consejero. Pero milagrosamente, la camarilla policial del PP sí encontró la manera de imputar a un militante socialista que pasaba por allí, al que el juez tuvo imputado nueve meses sin más indicios que los que la Policía sostenía en un oficio en el que llegó a aconsejar su detención. El socialista quedó fuera de la causa en la primera oleada de desimputaciones, y Luis Soria sólo tuvo que declarar ¡como testigo! Por supuesto, no se admitieron preguntas sobre su viaje a Magdeburgo, Alemania, donde casualmente se encontró al pie de una turbina eólica con los empresarios interesados en el concurso eólico José Ignacio y Javier Esquivel, este último casero en versión gratis total de José Manuel Soria. La camarilla policial, nuevamente al servicio del PP. Con la desfachatez de siempre.
Ya que Soria vuelve a hablar de camarillas policiales, y además de éstas que tan ricamente operaron en Góndola y Argote en favor del PP, no podemos dejar de relatarles los impagables favores que desde la Policía se hicieron a ese partido durante la investigación del caso Eolo. Dirigida la investigación por la Brigada de la Policía Judicial, se alcanzó el milagro de no investigar al consejero de Industria, a la sazón Luis Soria, ni por asomo. Por no haber, en el sumario no existe ni el menor indicio de una conversación telefónica del principal encartado, el director general de Industria, Celso Perdomo, con quien entonces era su superior, el consejero. Pero milagrosamente, la camarilla policial del PP sí encontró la manera de imputar a un militante socialista que pasaba por allí, al que el juez tuvo imputado nueve meses sin más indicios que los que la Policía sostenía en un oficio en el que llegó a aconsejar su detención. El socialista quedó fuera de la causa en la primera oleada de desimputaciones, y Luis Soria sólo tuvo que declarar ¡como testigo! Por supuesto, no se admitieron preguntas sobre su viaje a Magdeburgo, Alemania, donde casualmente se encontró al pie de una turbina eólica con los empresarios interesados en el concurso eólico José Ignacio y Javier Esquivel, este último casero en versión gratis total de José Manuel Soria. La camarilla policial, nuevamente al servicio del PP. Con la desfachatez de siempre.