El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Josemari Ponce, en el paro
La política es muy ingrata, especialmente para aquellos que acceden a ella creyendo que puede ser actividad de la que vivir eternamente. José María Ponce, alcalde de Arucas hasta que el otro día lo desbancara una moción de censura, es de esas personas que llegaron a la política con una vocación más que dudosa. Él mismo confesó en su momento que su intención era luchar para que le fuera legalizada su casa en la costa de Bañaderos, en ese mismo municipio. Logró su propósito, no tanto por su empeño y sus artes, sino por la incapacidad municipal para pagar las expropiaciones que le afectaban a él y a otros vecinos. Sin embargo, parece que Ponce ha visto frustrada otra de sus aspiraciones: vivir holgadamente de la política. Su sueldo de alcalde, 59.000 euros al año, se lo permitía, pero ahora, en la oposición, donde no se cobra salario sino unas exiguas dietas (90 euros por asistencia a pleno), la cosa se ha puesto verdaderamente cruda.
La política es muy ingrata, especialmente para aquellos que acceden a ella creyendo que puede ser actividad de la que vivir eternamente. José María Ponce, alcalde de Arucas hasta que el otro día lo desbancara una moción de censura, es de esas personas que llegaron a la política con una vocación más que dudosa. Él mismo confesó en su momento que su intención era luchar para que le fuera legalizada su casa en la costa de Bañaderos, en ese mismo municipio. Logró su propósito, no tanto por su empeño y sus artes, sino por la incapacidad municipal para pagar las expropiaciones que le afectaban a él y a otros vecinos. Sin embargo, parece que Ponce ha visto frustrada otra de sus aspiraciones: vivir holgadamente de la política. Su sueldo de alcalde, 59.000 euros al año, se lo permitía, pero ahora, en la oposición, donde no se cobra salario sino unas exiguas dietas (90 euros por asistencia a pleno), la cosa se ha puesto verdaderamente cruda.