Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Larry, en su papel

Hay cosas que no cambian con el tiempo, por fortuna para los que nos dedicamos a observarlas y apreciar sus cualidades. Es el caso de Luis Larry Álvarez, consejero de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria y nuevo y flamante portavoz de la misma institución. Él sigue siendo el mismo de siempre, el que acompaña a Soria a todas partes, el que ocupa el asiento situado justo detrás del presidente del PP o, como en el caso de la sesión de apertura del Parlamento, de la esposa de aquél. Ha llegado este hombre a asumir con tanta profesionalidad su empleo que en ocasiones el observador duda si se congratula más que la esposa misma del líder cuando éste se levanta, jura, vota, sonríe o sube un peldaño. Es pasión de asesor, no hay duda. La misma que le lleva, como un autómata, a coger rápidamente los dos maletines de Soria (el que llevó y el que le regalaron allí) y portarlos como si no pesaran nada. Lo hemos inmortalizado en una fotografía que ofrecemos hoy en primicia al mundo por si alguien la quiere incorporar a algún manual.

Hay cosas que no cambian con el tiempo, por fortuna para los que nos dedicamos a observarlas y apreciar sus cualidades. Es el caso de Luis Larry Álvarez, consejero de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria y nuevo y flamante portavoz de la misma institución. Él sigue siendo el mismo de siempre, el que acompaña a Soria a todas partes, el que ocupa el asiento situado justo detrás del presidente del PP o, como en el caso de la sesión de apertura del Parlamento, de la esposa de aquél. Ha llegado este hombre a asumir con tanta profesionalidad su empleo que en ocasiones el observador duda si se congratula más que la esposa misma del líder cuando éste se levanta, jura, vota, sonríe o sube un peldaño. Es pasión de asesor, no hay duda. La misma que le lleva, como un autómata, a coger rápidamente los dos maletines de Soria (el que llevó y el que le regalaron allí) y portarlos como si no pesaran nada. Lo hemos inmortalizado en una fotografía que ofrecemos hoy en primicia al mundo por si alguien la quiere incorporar a algún manual.