El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Llegar tarde por un chaleco
José Francisco Henríquez llegó algo tarde a su comparecencia en el Parlamento, como también llegó tarde a sus compromisos oficiales en Tenerife el delegado del Gobierno, José Segura. Ambos viajaron en el vuelo de las cinco, desde Gran Canaria, y se encontraron con un incidente inesperado. Cuando el avión ya había tomado tierra y los pasajeros se encontraban en la jardinera que les debía conducir hasta el edificio terminal de Los Rodeos, una azafata se dirigió al pasaje para preguntar por los pasajeros que viajaron en la fila 23. Como quiera que nadie contestaba, la doña dijo que de parte del piloto no se mueve la guagua de aquí hasta que no aparezca el chaleco salvavidas que ha desaparecido. Mosqueo del respetable y, tras unos largos minutos de demora, reacción del capitán, que dio instrucciones de que se despejara situación tan lamentable. Se desconoce a estas alturas la identidad de los viajeros de la fila 23, a los que desde ahora marcarán en Binter como los señores X del chaleco.
José Francisco Henríquez llegó algo tarde a su comparecencia en el Parlamento, como también llegó tarde a sus compromisos oficiales en Tenerife el delegado del Gobierno, José Segura. Ambos viajaron en el vuelo de las cinco, desde Gran Canaria, y se encontraron con un incidente inesperado. Cuando el avión ya había tomado tierra y los pasajeros se encontraban en la jardinera que les debía conducir hasta el edificio terminal de Los Rodeos, una azafata se dirigió al pasaje para preguntar por los pasajeros que viajaron en la fila 23. Como quiera que nadie contestaba, la doña dijo que de parte del piloto no se mueve la guagua de aquí hasta que no aparezca el chaleco salvavidas que ha desaparecido. Mosqueo del respetable y, tras unos largos minutos de demora, reacción del capitán, que dio instrucciones de que se despejara situación tan lamentable. Se desconoce a estas alturas la identidad de los viajeros de la fila 23, a los que desde ahora marcarán en Binter como los señores X del chaleco.