Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
El Gobierno da por imposible pactar la acogida de menores migrantes con el PP
Borrell: “Israel es dependiente de EEUU y otros, sin ellos no podría hacer lo que hace”
Opinión - Salvar el Mediterráneo y a sus gentes. Por Neus Tomàs

Luego a Bruselas

Lo que en Canarias se comentaba con sordina ya ha pasado a ser patrimonio de la humanidad para la prensa madrileña. En esas conversaciones entre Zapatero y López Aguilar parece haber quedado cerrado que el político grancanario irá de número uno (o como mucho de dos si hay que colocar a una mujer) en la lista del PSOE al Parlamento Europeo el año que viene. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE sabe que en López Aguilar tiene un buen cartel electoral, no en vano ha sido uno de los ministros más valorados de todos los que ha tenido. Y además reúne cualidades para la diplomacia y la política exterior. De confirmarse ese nuevo destino, publicado el lunes por ABC, López Aguilar experimentaría un nuevo alejamiento del epicentro político canario, por llamarlo de alguna manera, lo que alimentaría las tesis saavedristas: el que se fue a Sevilla perdió su silla. O más cruelmente: haberte pedido muerte.

Lo que en Canarias se comentaba con sordina ya ha pasado a ser patrimonio de la humanidad para la prensa madrileña. En esas conversaciones entre Zapatero y López Aguilar parece haber quedado cerrado que el político grancanario irá de número uno (o como mucho de dos si hay que colocar a una mujer) en la lista del PSOE al Parlamento Europeo el año que viene. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE sabe que en López Aguilar tiene un buen cartel electoral, no en vano ha sido uno de los ministros más valorados de todos los que ha tenido. Y además reúne cualidades para la diplomacia y la política exterior. De confirmarse ese nuevo destino, publicado el lunes por ABC, López Aguilar experimentaría un nuevo alejamiento del epicentro político canario, por llamarlo de alguna manera, lo que alimentaría las tesis saavedristas: el que se fue a Sevilla perdió su silla. O más cruelmente: haberte pedido muerte.