Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Marco Aurelio y Juan Francisco

Al PSC se le empezó a llenar la cachimba desde el primer día, cuando descubrió que algunos no se cortan un fleco cuando se suben al machito y creen que pueden llegar a ser los reyes del mambo sin muchos esfuerzos. Marco Incomparable se puso marimandón y vengativo, mientras Ramírez, el tránsfuga, ha acaparado tanto poder, que hasta da miedo en algunos ámbitos. No tiene excusa el PSC, porque si algo sospechaba antes de la censura era precisamente lo que ha pasado. Y ha pasado, por ejemplo, que Marco Incomparable no perdona a Juan Francisco, el tránsfuga, que de lo hablado se haya pasado dos o tres pueblos. Una cosa era propiciar el convenio urbanístico para plantar un Corte Inglés en medio de Meloneras, como se acordó en las conversaciones previas, y otra muy distinta meterse en berenjenales como los aparcamientos de la Plaza de Maspalomas o las concesiones de Parque Europa, por mentar sólo algunas muestras de las maravillas del Gobierno municipal tirajanero. Puede ser ya tarde para los socialistas, que han alimentado a dos adversarios políticos hasta límites intolerables. El PP, lejos de empurar a Marco Incomparable, lo ha relanzado convenientemente, y al tiempo ha hecho lo mismo con Pepe Juan Santana, que se revuelca de la risa de ver cómo se van cumpliendo una a una sus premoniciones acerca del marchamo de los que ahora rigen los designios de las Tirajanas.

Al PSC se le empezó a llenar la cachimba desde el primer día, cuando descubrió que algunos no se cortan un fleco cuando se suben al machito y creen que pueden llegar a ser los reyes del mambo sin muchos esfuerzos. Marco Incomparable se puso marimandón y vengativo, mientras Ramírez, el tránsfuga, ha acaparado tanto poder, que hasta da miedo en algunos ámbitos. No tiene excusa el PSC, porque si algo sospechaba antes de la censura era precisamente lo que ha pasado. Y ha pasado, por ejemplo, que Marco Incomparable no perdona a Juan Francisco, el tránsfuga, que de lo hablado se haya pasado dos o tres pueblos. Una cosa era propiciar el convenio urbanístico para plantar un Corte Inglés en medio de Meloneras, como se acordó en las conversaciones previas, y otra muy distinta meterse en berenjenales como los aparcamientos de la Plaza de Maspalomas o las concesiones de Parque Europa, por mentar sólo algunas muestras de las maravillas del Gobierno municipal tirajanero. Puede ser ya tarde para los socialistas, que han alimentado a dos adversarios políticos hasta límites intolerables. El PP, lejos de empurar a Marco Incomparable, lo ha relanzado convenientemente, y al tiempo ha hecho lo mismo con Pepe Juan Santana, que se revuelca de la risa de ver cómo se van cumpliendo una a una sus premoniciones acerca del marchamo de los que ahora rigen los designios de las Tirajanas.