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Opinión - La fiesta acaba de empezar. Por Esther Palomera

Mejor en guagua (a veces)

La verdad es que todos los años recibimos las mismas quejas de muchos lectores: cuando llegan los días claves del Carnaval se convierte en engañosa la publicidad de Guaguas Municipales de Las Palmas de Gran Canaria. No es mejor ir al Carnaval en guagua, y menos si vas con niños. Una sufrida usuaria de La Paterna nos asegura que el día de la cabalgata estuvo más de dos horas esperando por la guagua (línea 22) en su barrio junto a decenas de personas, y que al final se cansó de esperar y tuvo que ser su esposo el que la acercara en su vehículo particular, en el que transportaron a un par de vecinos más. Porque taxis, tampoco, oiga. ¿Y policía? Bueno, mejor dejarlo, porque si lo unimos a la queja de otro lector acerca de su llamativa ausencia en las diferentes broncas presenciadas en la cabalgata, apaga y vámonos. Pero eso sí, cuando legó la hora de ajuliar a los sufridos conductores para aligerar el tráfico, sí que se pusieron expeditivos. Con el fantasmagórico estilo expeditivo que caracteriza a los guindillas de nuevo cuño.

La verdad es que todos los años recibimos las mismas quejas de muchos lectores: cuando llegan los días claves del Carnaval se convierte en engañosa la publicidad de Guaguas Municipales de Las Palmas de Gran Canaria. No es mejor ir al Carnaval en guagua, y menos si vas con niños. Una sufrida usuaria de La Paterna nos asegura que el día de la cabalgata estuvo más de dos horas esperando por la guagua (línea 22) en su barrio junto a decenas de personas, y que al final se cansó de esperar y tuvo que ser su esposo el que la acercara en su vehículo particular, en el que transportaron a un par de vecinos más. Porque taxis, tampoco, oiga. ¿Y policía? Bueno, mejor dejarlo, porque si lo unimos a la queja de otro lector acerca de su llamativa ausencia en las diferentes broncas presenciadas en la cabalgata, apaga y vámonos. Pero eso sí, cuando legó la hora de ajuliar a los sufridos conductores para aligerar el tráfico, sí que se pusieron expeditivos. Con el fantasmagórico estilo expeditivo que caracteriza a los guindillas de nuevo cuño.