Música y bibliotecas (cultura y rebuznos)

La noticia cultural de este viernes estuvo, sin duda, en Salzburgo, donde se inauguró con la pompa acostumbrada el festival de música de verano al que da nombre esa ciudad austriaca. Las crónicas relatan la presencia en pleno de las primeras autoridades de la república, empezando por el presidente federal y terminando por el último concejal pichichi, porque para ese país y para esa ciudad, su festival es motivo de orgullo. Tienen entre manos una joya cultural que atesora el doble valor de ser un instrumento de promoción turística de primer orden (su responsable político es el consejero de Turismo), y todo el mundo se moviliza para que sea un éxito. La cultura como palanca para el conocimiento de los pueblos y como elemento capaz de transformar la sociedad y hacernos sensibles y tolerantes. Por si fuera poco el valor del festival inaugurado este viernes, la organización decidió dedicar esta edición a la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles, más conocida como El Sistema, que fundó y dirige el músico y economista José Antonio Abreu, y que tiene como objetivo canalizar la cultura como “instrumento de organización social y de desarrollo humanístico”. Resulta envidiable el estatus político, económico y cultural que ha alcanzado ese festival, la unanimidad que concita, el prestigio que alcanza, frente a las diferencias y miserias que suelen rodear al que durante casi treinta años ya tenemos programado en Canarias cada principio de año. Un acontecimiento cultural de indudable valor termina siendo habitualmente pasto de algún titular capcioso o alguna sospecha malintencionada, para acabar convirtiéndose en un arma arrojadiza que hace que muchos huyan de sus alrededores por si alcanzan una pedrada. Es natural que así sea, qué carajo, en una tierra donde existen alcaldesas capaces de declarar públicamente que “las bibliotecas no dan nada de dinero” y es necesario que sean rentables porque si no, se cierran (María del Carmen Castellano, alcaldesa de Telde, en el programa El Mostrador, de Radio Faycan).

La noticia cultural de este viernes estuvo, sin duda, en Salzburgo, donde se inauguró con la pompa acostumbrada el festival de música de verano al que da nombre esa ciudad austriaca. Las crónicas relatan la presencia en pleno de las primeras autoridades de la república, empezando por el presidente federal y terminando por el último concejal pichichi, porque para ese país y para esa ciudad, su festival es motivo de orgullo. Tienen entre manos una joya cultural que atesora el doble valor de ser un instrumento de promoción turística de primer orden (su responsable político es el consejero de Turismo), y todo el mundo se moviliza para que sea un éxito. La cultura como palanca para el conocimiento de los pueblos y como elemento capaz de transformar la sociedad y hacernos sensibles y tolerantes. Por si fuera poco el valor del festival inaugurado este viernes, la organización decidió dedicar esta edición a la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles, más conocida como El Sistema, que fundó y dirige el músico y economista José Antonio Abreu, y que tiene como objetivo canalizar la cultura como “instrumento de organización social y de desarrollo humanístico”. Resulta envidiable el estatus político, económico y cultural que ha alcanzado ese festival, la unanimidad que concita, el prestigio que alcanza, frente a las diferencias y miserias que suelen rodear al que durante casi treinta años ya tenemos programado en Canarias cada principio de año. Un acontecimiento cultural de indudable valor termina siendo habitualmente pasto de algún titular capcioso o alguna sospecha malintencionada, para acabar convirtiéndose en un arma arrojadiza que hace que muchos huyan de sus alrededores por si alcanzan una pedrada. Es natural que así sea, qué carajo, en una tierra donde existen alcaldesas capaces de declarar públicamente que “las bibliotecas no dan nada de dinero” y es necesario que sean rentables porque si no, se cierran (María del Carmen Castellano, alcaldesa de Telde, en el programa El Mostrador, de Radio Faycan).