Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

Nacho González, el mejor dinamitero

En La Palma y en El Hierro, Soria logró que los dirigentes socialistas locales rompieran con la dinámica regional y pactaran con el PP bastiones nacionalistas que parecían inexpugnables, como el Ayuntamiento de Los Llanos o el Cabildo de El Hierro, con el consiguiente trauma socialista y la apertura de expedientes de cartón-piedra que calmaran las iras de algunos históricos virreyes. Se aprovechaba el líder del PP de esos inveterados resentimientos contra los líderes nacionalistas locales que tenían incluso su caldo de cultivo en la isla de Tenerife, también el mismísimo Ayuntamiento de Santa Cruz, donde al PSOE se le plantearon dudas especialmente existenciales resueltas otorgando a Julio Pérez un poder que hasta a don Pepito le ha parecido escandaloso para un partido de “obediencia estatal”. Todo se calmó con mucho cataplasma y algunas heridas aún por cicatrizar, a la espera de la siguiente arremetida del insaciable Soria. Una vez decidida su marcha a la política nacional, el líder del PP no ha rebajado un kilopondio su empeño por quebrar el pacto regional, y tras las escaramuzas gomeras contra el bastión socialista que representa Casimiro Curbelo, activó una bomba de racimo en forma de portavoz adjunto del grupo nacionalista en el Parlamento canario. Se llama Ignacio González, que en cuanto se reanuden las sesiones parlamentarias y se resuelva el apoyo de Guillermo Guigou al pacto municipal de Santa Cruz, será destituido de tales honores. Él lo sabe de sobra, del mismo modo que sabe que su aventura con el PP dará lugar a la quiebra del CCN en la isla de Gran Canaria más pronto que tarde.

En La Palma y en El Hierro, Soria logró que los dirigentes socialistas locales rompieran con la dinámica regional y pactaran con el PP bastiones nacionalistas que parecían inexpugnables, como el Ayuntamiento de Los Llanos o el Cabildo de El Hierro, con el consiguiente trauma socialista y la apertura de expedientes de cartón-piedra que calmaran las iras de algunos históricos virreyes. Se aprovechaba el líder del PP de esos inveterados resentimientos contra los líderes nacionalistas locales que tenían incluso su caldo de cultivo en la isla de Tenerife, también el mismísimo Ayuntamiento de Santa Cruz, donde al PSOE se le plantearon dudas especialmente existenciales resueltas otorgando a Julio Pérez un poder que hasta a don Pepito le ha parecido escandaloso para un partido de “obediencia estatal”. Todo se calmó con mucho cataplasma y algunas heridas aún por cicatrizar, a la espera de la siguiente arremetida del insaciable Soria. Una vez decidida su marcha a la política nacional, el líder del PP no ha rebajado un kilopondio su empeño por quebrar el pacto regional, y tras las escaramuzas gomeras contra el bastión socialista que representa Casimiro Curbelo, activó una bomba de racimo en forma de portavoz adjunto del grupo nacionalista en el Parlamento canario. Se llama Ignacio González, que en cuanto se reanuden las sesiones parlamentarias y se resuelva el apoyo de Guillermo Guigou al pacto municipal de Santa Cruz, será destituido de tales honores. Él lo sabe de sobra, del mismo modo que sabe que su aventura con el PP dará lugar a la quiebra del CCN en la isla de Gran Canaria más pronto que tarde.