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El Niño Bravo tiene una concejala más

Migdalia Rodríguez no pudo más y esta misma semana dijo a sus compañeros de Coalición Canaria que abandonaba su cargo de concejala de Deportes en el Ayuntamiento de Telde y que entregaba su acta. Alegó motivos personales, cosa que le honra, porque podía haberse ido dando un portazo, acusando a los hasta ahora suyos de haber traicionado sus principios nacionalistas, o de no entender la política deportiva del Cabildo de Gran Canaria, a cuya comprensión se entregó Rodríguez en cuerpo y alma hasta convertirse en la más importante admiradora de Lucas Bravo de Laguna, consejero del ramo, en la segunda ciudad más importante de Gran Canaria. Lo que no ha contado la dimisionaria concejala es que su retirada no es definitiva, ni tampoco que fueron sus compañeros de Corporación los que le pidieron ese gesto de honradez que la libere por fin de los lazos políticos que le impedían entrecruzar mejor los afectivos. Permaneceremos atentos a su nuevo destino, porque no está la política, ni el PP (ni el más chico de los Bravo) para andar desperdiciando valores como este.

Migdalia Rodríguez no pudo más y esta misma semana dijo a sus compañeros de Coalición Canaria que abandonaba su cargo de concejala de Deportes en el Ayuntamiento de Telde y que entregaba su acta. Alegó motivos personales, cosa que le honra, porque podía haberse ido dando un portazo, acusando a los hasta ahora suyos de haber traicionado sus principios nacionalistas, o de no entender la política deportiva del Cabildo de Gran Canaria, a cuya comprensión se entregó Rodríguez en cuerpo y alma hasta convertirse en la más importante admiradora de Lucas Bravo de Laguna, consejero del ramo, en la segunda ciudad más importante de Gran Canaria. Lo que no ha contado la dimisionaria concejala es que su retirada no es definitiva, ni tampoco que fueron sus compañeros de Corporación los que le pidieron ese gesto de honradez que la libere por fin de los lazos políticos que le impedían entrecruzar mejor los afectivos. Permaneceremos atentos a su nuevo destino, porque no está la política, ni el PP (ni el más chico de los Bravo) para andar desperdiciando valores como este.