El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Pancartas de 'quita y deja'
Las crónicas urgentes son así porque urge, más allá de la inmediatez de Internet, llevarles a ustedes nuestra visión del cotarro lo más rápido posible. Y a nuestro estómago, algo más consistente que el bote de agua fría que voló antes de que la selección española saliera a calentarse a sí misma, en el sonado lleno bis del estadio de Gran Canaria. Pero para eso son las crónicas de urgencia, para dejar en reposo, digestión de por medio -resaca se llama, en la loca escuela de periodismo y de la vida misma-, detalles para la galería y esta sección que quedan todavía candentes. Y uno o varios de ellos fueron las pancartas de quita y deja, según el mensaje que se ofreciera, durante la repleta noche mágica de la furia española a dos mil kilómetros de la piel de toro. Vamos, que para eso la libertad de expresión se hizo a gusto del consumidor y a disgusto del que nos mete el consumo por los ojos...
Las crónicas urgentes son así porque urge, más allá de la inmediatez de Internet, llevarles a ustedes nuestra visión del cotarro lo más rápido posible. Y a nuestro estómago, algo más consistente que el bote de agua fría que voló antes de que la selección española saliera a calentarse a sí misma, en el sonado lleno bis del estadio de Gran Canaria. Pero para eso son las crónicas de urgencia, para dejar en reposo, digestión de por medio -resaca se llama, en la loca escuela de periodismo y de la vida misma-, detalles para la galería y esta sección que quedan todavía candentes. Y uno o varios de ellos fueron las pancartas de quita y deja, según el mensaje que se ofreciera, durante la repleta noche mágica de la furia española a dos mil kilómetros de la piel de toro. Vamos, que para eso la libertad de expresión se hizo a gusto del consumidor y a disgusto del que nos mete el consumo por los ojos...