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Un polícia morrúo en Los Rodeos

Un rambo asturiano anda suelto en el aeropuerto de Los Rodeos, sin control de sus superiores y sin reconocer más autoridad que la que emana de sus santos cataplines. El rambo es un agente del Cuerpo Nacional de Policía que, en versión oficial de la Delegación del Gobierno en Canarias, “se extralimitó en sus funciones” al prohibir la entrada a España a un grupo musical venezolano que acudía a Tenerife a participar en el Festival Sabandeño. No sabemos muy bien qué es lo que no gustó de ese grupo al agente en cuestión, si es la música que hacen, si es su procedencia venezolana, si es su nombre -Ensamble Gurrufío-, o si se trata sencillamente de que el policía acaba de venir de vacaciones de Avilés con una indigestión de cabrales que le ha impedido ver mas allá de sus propios bufíos. La Delegación del Gobierno ha ordenado la apertura de una cosa que se llama “diligencias informativas”, un invento macanudo para dormir a la prensa hasta que se pase el cabreo.

Un rambo asturiano anda suelto en el aeropuerto de Los Rodeos, sin control de sus superiores y sin reconocer más autoridad que la que emana de sus santos cataplines. El rambo es un agente del Cuerpo Nacional de Policía que, en versión oficial de la Delegación del Gobierno en Canarias, “se extralimitó en sus funciones” al prohibir la entrada a España a un grupo musical venezolano que acudía a Tenerife a participar en el Festival Sabandeño. No sabemos muy bien qué es lo que no gustó de ese grupo al agente en cuestión, si es la música que hacen, si es su procedencia venezolana, si es su nombre -Ensamble Gurrufío-, o si se trata sencillamente de que el policía acaba de venir de vacaciones de Avilés con una indigestión de cabrales que le ha impedido ver mas allá de sus propios bufíos. La Delegación del Gobierno ha ordenado la apertura de una cosa que se llama “diligencias informativas”, un invento macanudo para dormir a la prensa hasta que se pase el cabreo.