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Polonia-Sporting, partido inaugural

Pero si el inspector Towers ha sido todo un descubrimiento del verano, mucho más que las hermanas Aserejé, nada les contamos de Gonzalo Angulo, que no contento con hacerse compositor de memorables piezas musicales estrenadas con gran boato, se nos ha metido también a jefe de recursos humanos de la UD Las Palmas. Pronto, ya lo verán ustedes en la cara de póker que se le pondrá a Uribe, terminará haciendo las alineaciones, si es que no ha hecho ya alguna. Pero su afán principal todavía no es ese sino salvar los muebles del Angulo Arena, que va camino de convertirse en la presa de Assuan, no sólo por lo grande sino por la capacidad para hundir todo lo que se encuentre por delante. O por detrás, según se mire. Ya saben que se ha publicado que pretende inaugurar el estadio con un partido entre las selecciones de Brasil e Inglaterra, lo que dará aún más realce a la cuestión y un empujoncito más a los gastos del invento. Pero eso es lo de menos en plena campaña electoral. Lo de más es lo que anda diciendo el sentir popular en las tertulias futboleras: que al paso que vamos, el campo lo inaugurará un Polonia-Sporting, entendiendo por Polonia la reagrupación del extinto equipo porteño, y por Sporting el de San José de toda la vida, colores que lleva en el alma el eterno delfín que quiere reaparecer de detrás de la duna pero que no termina de atreverse. O la que prepara es gorda, que con este hombre nunca se sabe.

Pero si el inspector Towers ha sido todo un descubrimiento del verano, mucho más que las hermanas Aserejé, nada les contamos de Gonzalo Angulo, que no contento con hacerse compositor de memorables piezas musicales estrenadas con gran boato, se nos ha metido también a jefe de recursos humanos de la UD Las Palmas. Pronto, ya lo verán ustedes en la cara de póker que se le pondrá a Uribe, terminará haciendo las alineaciones, si es que no ha hecho ya alguna. Pero su afán principal todavía no es ese sino salvar los muebles del Angulo Arena, que va camino de convertirse en la presa de Assuan, no sólo por lo grande sino por la capacidad para hundir todo lo que se encuentre por delante. O por detrás, según se mire. Ya saben que se ha publicado que pretende inaugurar el estadio con un partido entre las selecciones de Brasil e Inglaterra, lo que dará aún más realce a la cuestión y un empujoncito más a los gastos del invento. Pero eso es lo de menos en plena campaña electoral. Lo de más es lo que anda diciendo el sentir popular en las tertulias futboleras: que al paso que vamos, el campo lo inaugurará un Polonia-Sporting, entendiendo por Polonia la reagrupación del extinto equipo porteño, y por Sporting el de San José de toda la vida, colores que lleva en el alma el eterno delfín que quiere reaparecer de detrás de la duna pero que no termina de atreverse. O la que prepara es gorda, que con este hombre nunca se sabe.