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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

El profeta Paco Bello

La parroquia de La Garita está dirigida por un sacerdote de lo más friki. Se llama Paco Bello y fue el que apareció con el pelo pintado de verde en la plaza de San Juan el día que se proclamó el cambio de régimen en Telde, es decir, la llegada del actual equipo de gobierno. Bello se convirtió en martillo del equipo de Paco Santiago, al que acusaba de especular y de querer llenar Telde de cemento. Llegó a ironizar acerca de la necesidad de erigir un altar en Mar Pequeña en favor de Nuestra Señora del Cemento. Llegaron los Reyes, sus favoritos, y acabóse ese furor ecologista en cura tan guerrillero. Ya no se le escuchan los mismos mensajes, ni se tiñó de verde pistacho cuando detuvieron a Toñi Torres. A sus parroquianos les hubiera encantado verle el Miércoles de Ceniza con su cabellera cubierta de tal elemento purificador en señal de arrepentimiento y de purgación de sus pecados políticos. Habrá que esperar otros estigmas.

La parroquia de La Garita está dirigida por un sacerdote de lo más friki. Se llama Paco Bello y fue el que apareció con el pelo pintado de verde en la plaza de San Juan el día que se proclamó el cambio de régimen en Telde, es decir, la llegada del actual equipo de gobierno. Bello se convirtió en martillo del equipo de Paco Santiago, al que acusaba de especular y de querer llenar Telde de cemento. Llegó a ironizar acerca de la necesidad de erigir un altar en Mar Pequeña en favor de Nuestra Señora del Cemento. Llegaron los Reyes, sus favoritos, y acabóse ese furor ecologista en cura tan guerrillero. Ya no se le escuchan los mismos mensajes, ni se tiñó de verde pistacho cuando detuvieron a Toñi Torres. A sus parroquianos les hubiera encantado verle el Miércoles de Ceniza con su cabellera cubierta de tal elemento purificador en señal de arrepentimiento y de purgación de sus pecados políticos. Habrá que esperar otros estigmas.