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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Profundas reflexiones de Del Burgo

Debería aprender este PP desnortado y sin principios de los pensamientos profundos de este portento que es Jaime Ignacio del Burgo, quien se convirtió en 2008 en un referente dentro del PP al levantar la bandera de la derechista españolidad en Navarra una vez se rompieron los vínculos entre ese partido y el que fuera el suyo de toda la vida, la Unión del Pueblo Navarro. Hemos encontrado algunas perlas de los profundos pensamientos del señor Del Burgo y nos hemos quedado maravillados. Así, hace algo menos de un año, publicaba un sentido artículo en La Razón en el que se refería sin ambages a la falta de ética y convicciones morales de una parte de los políticos. “A los políticos de nuestros días se nos llena la boca hablando de principios y convicciones. Sin embargo, en la falta de principios y de convicciones está la causa principal de la corrupción, que se contagia a otros sectores sociales”. A juicio de esta mente tan preclara, que siempre es y será noticia, hace falta una drástica cirugía para extirpar el cáncer que representan algunos políticos sin principios. Y esa cirugía debe empezar por la máxima transparencia en el patrimonio de los servidores públicos. Buena idea que, sin embargo, no está teniendo mucha fortuna en las filas del PP. Claro que, como el mismísimo señor Del Burgo reconoce en su artículo, “para ello hacen falta políticos honrados, valerosos y con autoridad y, sobre todo, tener principios y convicciones”. Tomamos buena nota para mejor proveer.

Debería aprender este PP desnortado y sin principios de los pensamientos profundos de este portento que es Jaime Ignacio del Burgo, quien se convirtió en 2008 en un referente dentro del PP al levantar la bandera de la derechista españolidad en Navarra una vez se rompieron los vínculos entre ese partido y el que fuera el suyo de toda la vida, la Unión del Pueblo Navarro. Hemos encontrado algunas perlas de los profundos pensamientos del señor Del Burgo y nos hemos quedado maravillados. Así, hace algo menos de un año, publicaba un sentido artículo en La Razón en el que se refería sin ambages a la falta de ética y convicciones morales de una parte de los políticos. “A los políticos de nuestros días se nos llena la boca hablando de principios y convicciones. Sin embargo, en la falta de principios y de convicciones está la causa principal de la corrupción, que se contagia a otros sectores sociales”. A juicio de esta mente tan preclara, que siempre es y será noticia, hace falta una drástica cirugía para extirpar el cáncer que representan algunos políticos sin principios. Y esa cirugía debe empezar por la máxima transparencia en el patrimonio de los servidores públicos. Buena idea que, sin embargo, no está teniendo mucha fortuna en las filas del PP. Claro que, como el mismísimo señor Del Burgo reconoce en su artículo, “para ello hacen falta políticos honrados, valerosos y con autoridad y, sobre todo, tener principios y convicciones”. Tomamos buena nota para mejor proveer.