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Pero si por un lado nos congratulamos de la naturalidad con la que José Manuel Soria asume la campaña electoral más definitiva de su vida política, debemos afearle al grupo de gobierno de la ciudad de Las Palmas el descaro con que está utilizando los fondos públicos para el autobombo. Lo de la Q de calidad tiene secuelas en casi todas las concejalías, incluida la de deportes. Aprovechando las retransmisiones deportivas del fin de semana, hemos escuchado una pintoresca cuña publicitaria en la que un presunto ciudadano, joven por más señas, da las gracias al Ayuntamiento por haber “remodelado” la cancha del barrio, lo que no sólo le permite jugar allí, sino también que sus padres puedan ir a verlo. O sea, que con el dinero de todos hay que dar las gracias públicamente al Ayuntamiento por cumplir con su obligación; que con el mismo dinero de todos, remodele las canchas municipales, construidas también con el dinero de todos. Quizá un poco de disimulo no vendría nada mal.

Pero si por un lado nos congratulamos de la naturalidad con la que José Manuel Soria asume la campaña electoral más definitiva de su vida política, debemos afearle al grupo de gobierno de la ciudad de Las Palmas el descaro con que está utilizando los fondos públicos para el autobombo. Lo de la Q de calidad tiene secuelas en casi todas las concejalías, incluida la de deportes. Aprovechando las retransmisiones deportivas del fin de semana, hemos escuchado una pintoresca cuña publicitaria en la que un presunto ciudadano, joven por más señas, da las gracias al Ayuntamiento por haber “remodelado” la cancha del barrio, lo que no sólo le permite jugar allí, sino también que sus padres puedan ir a verlo. O sea, que con el dinero de todos hay que dar las gracias públicamente al Ayuntamiento por cumplir con su obligación; que con el mismo dinero de todos, remodele las canchas municipales, construidas también con el dinero de todos. Quizá un poco de disimulo no vendría nada mal.