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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

La tapadera de la agencia de publicidad

Otro aspecto muy llamativo del caso Palma Arena es la financiación de campañas electorales del PP a través de una agencia de publicidad, en este caso Nimbus. El procedimiento es tan sencillo y burdo como eficiente. La agencia va recibiendo ingentes cantidades de dinero a través de contratos con las administraciones públicas para campañas institucionales, dinero del que van apartando un puñito de cada tajada para hacer frente a las necesidades electorales del partido en cuestión, cuando no se facturan directamente a fundaciones públicas camufladas con otros conceptos. De esa forma se elude que astronómicos gastos publicitarios aparezcan en las declaraciones oficiales ante el Tribunal de Cuentas, a pesar del descaro y el tamaño de las campañas electorales. No les vamos a trasladar esa práctica al escenario canario porque las pruebas no están aún documentadas ni existe fiscal con ganas de hacerlo, pero les animamos a que repasen algunos fastuosos contratos publicitarios de millones de euros adjudicados a agencias peninsulares alejadas de la tentación de terminar por contarlo todo aquí.

Otro aspecto muy llamativo del caso Palma Arena es la financiación de campañas electorales del PP a través de una agencia de publicidad, en este caso Nimbus. El procedimiento es tan sencillo y burdo como eficiente. La agencia va recibiendo ingentes cantidades de dinero a través de contratos con las administraciones públicas para campañas institucionales, dinero del que van apartando un puñito de cada tajada para hacer frente a las necesidades electorales del partido en cuestión, cuando no se facturan directamente a fundaciones públicas camufladas con otros conceptos. De esa forma se elude que astronómicos gastos publicitarios aparezcan en las declaraciones oficiales ante el Tribunal de Cuentas, a pesar del descaro y el tamaño de las campañas electorales. No les vamos a trasladar esa práctica al escenario canario porque las pruebas no están aún documentadas ni existe fiscal con ganas de hacerlo, pero les animamos a que repasen algunos fastuosos contratos publicitarios de millones de euros adjudicados a agencias peninsulares alejadas de la tentación de terminar por contarlo todo aquí.