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Hasta las tapas de los bolis

Pero no se quedan en estas tretas de mal ganador (y peor perdedor cuando pierda, que perderá), sino que el equipo de estrategas de Soria y Luis Larry emplea tácticas de desmoralización contra el personal enemigo, mayormente sentado frente a frente, en los bancos de la oposición. Se pudo comprobar este mismo jueves: todos los consejeros, de un lado y del otro del patio de butacas, cuentan con bolígrafos a su disposición, además de caramelos, agua y café. Son bolígrafos corrientes, de la marca Bic, de ésos que nadie se lleva para su casa de poco tentadores que son. Pero siempre hay clases porque los bolis de los consejeros malditos, los que no ganaron, no tienen tapa. Hemos estudiado los motivos que pueden haber llevado al PP a semejante discriminación y sólo se nos han ocurrido dos: a) que quieren fastidiar tanto a sus colegas de enfrente que pretenden que se metan los bolígrafos en los bolsillos sin tapa, lo que incrementa el riesgo de mancha azul, y b) que no les pongan tapa para evitar que, en uno de los numerosos momentos de provocación y cabreo, las tiren, como armas arrojadizas, contra los bancos del PP. Si alguien tiene alguna motivación más científica, que nos la haga llegar.

Pero no se quedan en estas tretas de mal ganador (y peor perdedor cuando pierda, que perderá), sino que el equipo de estrategas de Soria y Luis Larry emplea tácticas de desmoralización contra el personal enemigo, mayormente sentado frente a frente, en los bancos de la oposición. Se pudo comprobar este mismo jueves: todos los consejeros, de un lado y del otro del patio de butacas, cuentan con bolígrafos a su disposición, además de caramelos, agua y café. Son bolígrafos corrientes, de la marca Bic, de ésos que nadie se lleva para su casa de poco tentadores que son. Pero siempre hay clases porque los bolis de los consejeros malditos, los que no ganaron, no tienen tapa. Hemos estudiado los motivos que pueden haber llevado al PP a semejante discriminación y sólo se nos han ocurrido dos: a) que quieren fastidiar tanto a sus colegas de enfrente que pretenden que se metan los bolígrafos en los bolsillos sin tapa, lo que incrementa el riesgo de mancha azul, y b) que no les pongan tapa para evitar que, en uno de los numerosos momentos de provocación y cabreo, las tiren, como armas arrojadizas, contra los bancos del PP. Si alguien tiene alguna motivación más científica, que nos la haga llegar.