El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Todo Tenerife pasa por Arona
Berto González Reverón, alcalde de Arona, juró, como Scarlatta, que jamás volverá a pasar hambre, y que de llegar a tan amargo trance, lo superará sin pecar. O sin delinquir (supuestamente). Dice este inigualable alcalde que es ahora y no antes cuando descubrió que algunos de sus comportamientos están perfectamente definidos y castigados por el Código Penal, lo que automáticamente le llevó a hacer memoria y encontrar en qué situaciones delictivas pudo haberse visto envuelto y quiénes le acompañaron en aquellos episodios que hasta ahora él consideraba castos y puros. Y, estrujándose la cabeza, encontró a un consejero del PSOE en el Cabildo de Tenerife, José Antonio Valbuena, quien, según Berto, participó en una reunión en el Ayuntamiento de Arona para echar una mano en la ardua tarea de desbloquear las licencias ilegales que estaban paralizadas precisamente por su condición de ilegales. CC ha empezado a frotarse las manos.
Berto González Reverón, alcalde de Arona, juró, como Scarlatta, que jamás volverá a pasar hambre, y que de llegar a tan amargo trance, lo superará sin pecar. O sin delinquir (supuestamente). Dice este inigualable alcalde que es ahora y no antes cuando descubrió que algunos de sus comportamientos están perfectamente definidos y castigados por el Código Penal, lo que automáticamente le llevó a hacer memoria y encontrar en qué situaciones delictivas pudo haberse visto envuelto y quiénes le acompañaron en aquellos episodios que hasta ahora él consideraba castos y puros. Y, estrujándose la cabeza, encontró a un consejero del PSOE en el Cabildo de Tenerife, José Antonio Valbuena, quien, según Berto, participó en una reunión en el Ayuntamiento de Arona para echar una mano en la ardua tarea de desbloquear las licencias ilegales que estaban paralizadas precisamente por su condición de ilegales. CC ha empezado a frotarse las manos.