Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Le tocó a Gómez Bermúdez

El PP, por boca de ese desbocado portavoz de Justicia que responde al nombre de Federico Trillo, ha cargado contra el Gobierno y contra un juez por la excarcelación del etarra Troitiño, excarcelación que ordenó otro juez cuyo nombre ni siquiera ha pronunciado el justiciero implacable. Al Gobierno le ha recriminado Trillo no haber producido una detención ilegal del excarcelado, acción que, de haber sido ejecutada por alguien habría supuesto un delito y una vulneración de preceptos constitucionales, algo que hace tiempo le suena a chino al justiciero parlanchín y a una buena parte de su partido. Pero también ha recibido su cuota de infamia el magistrado Gómez Bermúdez, un juez que no es precisamente de extracción progresista que carga sobre sus espaldas una de las mayores ofensas que jamás pudieran haberse hecho al PP, sentenciar que los atentados del 11-M no fueron obra de etarras ni de autores intelectuales residenciados en cercanas montañas y conocidos valles. A Gómez Bermúdez lo estaba esperando el PP a la bajadita y ya ha pedido para él alguna deshonra adecuada a la que ese partido quiere para los jueces desafectos a su propia conspiración.

El PP, por boca de ese desbocado portavoz de Justicia que responde al nombre de Federico Trillo, ha cargado contra el Gobierno y contra un juez por la excarcelación del etarra Troitiño, excarcelación que ordenó otro juez cuyo nombre ni siquiera ha pronunciado el justiciero implacable. Al Gobierno le ha recriminado Trillo no haber producido una detención ilegal del excarcelado, acción que, de haber sido ejecutada por alguien habría supuesto un delito y una vulneración de preceptos constitucionales, algo que hace tiempo le suena a chino al justiciero parlanchín y a una buena parte de su partido. Pero también ha recibido su cuota de infamia el magistrado Gómez Bermúdez, un juez que no es precisamente de extracción progresista que carga sobre sus espaldas una de las mayores ofensas que jamás pudieran haberse hecho al PP, sentenciar que los atentados del 11-M no fueron obra de etarras ni de autores intelectuales residenciados en cercanas montañas y conocidos valles. A Gómez Bermúdez lo estaba esperando el PP a la bajadita y ya ha pedido para él alguna deshonra adecuada a la que ese partido quiere para los jueces desafectos a su propia conspiración.