El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Las versiones magdeburguesas de Luis Soria
Pero no sólo hizo notables aportaciones a la doctrina de las mentiras en sedes parlamentaria y judicial José Manuel Soria. Su hermano y discípulo Luis demostró que también en esta materia ha hecho notables progresos. Si en 2007 dijo ante el magistrado Miguel Ángel Parramón y ante la comisión de investigación de la trama eólica que su encuentro con los hermanos Esquivel y con otras personas en Magdeburgo fue una extraordinaria coincidencia, este martes terminó por reconocer ante el juez García-Sotoca que en realidad aquel viaje fue programado por su propio gabinete de la Consejería de Industria. Obvió algunos detalles significativos como que, en realidad, el itinerario, el minibús que lo recogió en el aeropuerto de Hannover, la reserva del hotel, la cena del 8 de octubre y la visita a una megaturbina de Enercon fueron programados y organizados en su totalidad por un hombre de Esquivel, el ingeniero Juan Carlos Sirviente. Pero valió su primer reconocimiento de que las calles y jardines de Magdeburgo no son en octubre sitios de máxima afluencia de empresarios y políticos canarios con intereses en el negocio eólico.
Pero no sólo hizo notables aportaciones a la doctrina de las mentiras en sedes parlamentaria y judicial José Manuel Soria. Su hermano y discípulo Luis demostró que también en esta materia ha hecho notables progresos. Si en 2007 dijo ante el magistrado Miguel Ángel Parramón y ante la comisión de investigación de la trama eólica que su encuentro con los hermanos Esquivel y con otras personas en Magdeburgo fue una extraordinaria coincidencia, este martes terminó por reconocer ante el juez García-Sotoca que en realidad aquel viaje fue programado por su propio gabinete de la Consejería de Industria. Obvió algunos detalles significativos como que, en realidad, el itinerario, el minibús que lo recogió en el aeropuerto de Hannover, la reserva del hotel, la cena del 8 de octubre y la visita a una megaturbina de Enercon fueron programados y organizados en su totalidad por un hombre de Esquivel, el ingeniero Juan Carlos Sirviente. Pero valió su primer reconocimiento de que las calles y jardines de Magdeburgo no son en octubre sitios de máxima afluencia de empresarios y políticos canarios con intereses en el negocio eólico.