El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cada vez menos pleno
Ya ni los plenos del Cabildo son lo que eran: aburridos, tediosos, más largos que un día sin pan. Pero tenían sus momentos gloriosos cuando la oposición trincaba algún asunto enjundioso. Con el reglamento en la mano, ése que Soria maneja con tanta soltura, ahora ya no hay nada que hacer. Hay que esperar a las mociones de los grupos de la oposición para ver si los plumillas pueden llevarse algo a las redacciones digno de un titular a dos columnas. Y a veces ni eso. De vez en cuando, Soria obsequia a la canallesca con un apartado de asuntos de la Presidencia como el de este jueves, dedicado a contar la reunión con Bruselas que él mismo ocultó hasta que la desvelamos nosotros, con su acta correspondiente. Lo malo es que él se largó su rollo y, como el reglamento es así, no hubo opción para la oposición. El debate, en casa y con la parienta, oiga, que al Cabildo se va a cosas más serias.
Ya ni los plenos del Cabildo son lo que eran: aburridos, tediosos, más largos que un día sin pan. Pero tenían sus momentos gloriosos cuando la oposición trincaba algún asunto enjundioso. Con el reglamento en la mano, ése que Soria maneja con tanta soltura, ahora ya no hay nada que hacer. Hay que esperar a las mociones de los grupos de la oposición para ver si los plumillas pueden llevarse algo a las redacciones digno de un titular a dos columnas. Y a veces ni eso. De vez en cuando, Soria obsequia a la canallesca con un apartado de asuntos de la Presidencia como el de este jueves, dedicado a contar la reunión con Bruselas que él mismo ocultó hasta que la desvelamos nosotros, con su acta correspondiente. Lo malo es que él se largó su rollo y, como el reglamento es así, no hubo opción para la oposición. El debate, en casa y con la parienta, oiga, que al Cabildo se va a cosas más serias.