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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Viernes de Dolores

El rostro de Draghi lo dice todo, pero la jeta de Mariano ya no tiene pase. Rajoy ha vuelto a darle a la actualidad ese toque de realismo mágico gallego que todo registrador de la Propiedad aplica en sus quehaceres. Hoy toca el confesionario de Moncloa, el primer Consejo de Ministros de agosto programado en la agenda, y el embiste de los secuaces de Draghi ha sido tan duro que el discurso a la inversa ofrecido por Rajoy junto a Monti no se sostiene a la vista del desplome de la Bolsa y el despegue de la prima. Nada de lo que hace el Gobierno de España se mantiene a la luz de la reacción del mercado, dispuesto a apretar más las tuercas cuanto más recortes aplique el PP. De ahí que cada paso obligado y forzado que dé Rajoy para satisfacer a los mercados, a los hombres de Draghi, aleje un poco más a los ciudadanos y los contribuyentes de las formas administrativas de poder y orden de las que se ha dotado la civilización occidental en los últimos 200 años. Hace apenas 70, un crack menor, según los expertos, que este, obligó a Franklin Delano Roosvelt a un New Deal con los ciudadanos de Estados Unidos. Fue el Estado, con la Reserva Federal por fin de la mano gubernamental, quien puso la maquinaria en marcha. Este BCE todavía se mueve en los años 20.

El rostro de Draghi lo dice todo, pero la jeta de Mariano ya no tiene pase. Rajoy ha vuelto a darle a la actualidad ese toque de realismo mágico gallego que todo registrador de la Propiedad aplica en sus quehaceres. Hoy toca el confesionario de Moncloa, el primer Consejo de Ministros de agosto programado en la agenda, y el embiste de los secuaces de Draghi ha sido tan duro que el discurso a la inversa ofrecido por Rajoy junto a Monti no se sostiene a la vista del desplome de la Bolsa y el despegue de la prima. Nada de lo que hace el Gobierno de España se mantiene a la luz de la reacción del mercado, dispuesto a apretar más las tuercas cuanto más recortes aplique el PP. De ahí que cada paso obligado y forzado que dé Rajoy para satisfacer a los mercados, a los hombres de Draghi, aleje un poco más a los ciudadanos y los contribuyentes de las formas administrativas de poder y orden de las que se ha dotado la civilización occidental en los últimos 200 años. Hace apenas 70, un crack menor, según los expertos, que este, obligó a Franklin Delano Roosvelt a un New Deal con los ciudadanos de Estados Unidos. Fue el Estado, con la Reserva Federal por fin de la mano gubernamental, quien puso la maquinaria en marcha. Este BCE todavía se mueve en los años 20.