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El Zorro Plateado reconoce sus delitos

José Miguel Suárez Gil, ex presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, ha sido condenado a un año de prisión, a tres sin poder portar armas y a alejarse durante ese mismo tiempo de la que fuera su esposa, la abogada Josefina Navarrete. La noticia tiene su enjundia, no solamente porque estamos ante la condena a un miembro destacado del poder empresarial canario, aunque venido a menos; ante un individuo que muchos auparon, consintieron, protegieron y defendieron que acaba ahora sus años de vida pública con una condena penal que lo convierte literalmente en delincuente. Y sus delitos no son moco de pavo: amenazas y coacciones a su esposa portando un arma de fuego. Sin embargo, la cuestión de fondo de la sentencia se encuentra en que, para evitar ingresar en prisión, el Zorro Plateado se ha conformado con la reducción en un tercio de la condena que le pudo haber caído, esto es, ha reconocido tácitamente que cometió esos delitos. Por lo tanto, se desvanecen por completo todas las ensoñaciones que Suárez Gil y su abogado lanzaron a los medios de comunicación acerca de que reaccionó tan agrestemente porque se consideraba víctima de una conspiración en su contra promovida por Josefina Navarrete para apoderarse sibilinamente de su patrimonio y de unos lingotes de oro que llegaron a afirmar habían sido sustraídos de un doble fondo existente en la caja fuerte de la vivienda familiar que compartían. Humo, puro humo.

José Miguel Suárez Gil, ex presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, ha sido condenado a un año de prisión, a tres sin poder portar armas y a alejarse durante ese mismo tiempo de la que fuera su esposa, la abogada Josefina Navarrete. La noticia tiene su enjundia, no solamente porque estamos ante la condena a un miembro destacado del poder empresarial canario, aunque venido a menos; ante un individuo que muchos auparon, consintieron, protegieron y defendieron que acaba ahora sus años de vida pública con una condena penal que lo convierte literalmente en delincuente. Y sus delitos no son moco de pavo: amenazas y coacciones a su esposa portando un arma de fuego. Sin embargo, la cuestión de fondo de la sentencia se encuentra en que, para evitar ingresar en prisión, el Zorro Plateado se ha conformado con la reducción en un tercio de la condena que le pudo haber caído, esto es, ha reconocido tácitamente que cometió esos delitos. Por lo tanto, se desvanecen por completo todas las ensoñaciones que Suárez Gil y su abogado lanzaron a los medios de comunicación acerca de que reaccionó tan agrestemente porque se consideraba víctima de una conspiración en su contra promovida por Josefina Navarrete para apoderarse sibilinamente de su patrimonio y de unos lingotes de oro que llegaron a afirmar habían sido sustraídos de un doble fondo existente en la caja fuerte de la vivienda familiar que compartían. Humo, puro humo.