El Ayuntamiento de Adeje ha autorizado a la promotora del proyecto turístico Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje, la medida de traslocación de la viborina triste, la especie de protección especial hallada en la zona que provocó la paralización de las obras hace año y medio. El Consistorio, en un dictamen emitido este mismo lunes, ha abierto la puerta definitivamente a la reanudación de las obras después de que los tres expedientes abiertos contra la iniciativa (ausencia de estudio de impacto ambiental, destrucción de patrimonio arqueológico y amenaza de daño a flora protegida) resultaran archivados o caducados. Estos tres procedimientos fueron abiertos por el anterior Gobierno autonómico, conformado por el denominado Pacto de las Flores (PSOE, Nueva Canarias, Podemos y ASG), y han sido despachados por el actual, liderado por Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP).
El Ayuntamiento, dirigido desde hace casi 40 años por José Miguel Rodríguez Fraga (PSOE), se atribuye la competencia para aprobar el trasplante de la viborina triste mientras el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife no se ponen de acuerdo sobre quién debe hacerlo. Pese a que el Ejecutivo autonómico había considerado a la Corporación tinerfeña la institución encargada de autorizar dicha traslocación, esta última ha alegado que no le corresponde, según documentación a la que ha tenido acceso Canarias Ahora. El Consistorio sureño, en este escenario, alude a la Ley de Evaluación Ambiental, del año 2013, que faculta a los órganos sustantivos (como a una entidad local, en este caso) a actuar ante la detección de impactos no contemplados durante el procedimiento de aprobación y evaluación estratégica de un plan (la viborina triste no fue incluida en el catálogo de especies halladas en el Puertito en primer lugar).
Adeje cuenta con el beneplácito de su órgano ambiental, que aprobó hace cerca de un año una serie de medidas centradas en recoger las semillas de la planta y dispersarlas en otros puntos del territorio de similares características cuando todavía era Rosendo López su presidente, un biólogo que dimitió de ese cargo después de conocerse que, a la vez que lo ostentaba, asesoró a la empresa impulsora del polémico proyecto. Del mismo modo, el Cabildo de Tenerife, aunque ha presentado objeciones con respecto a la competencia para autorizar el trasplante, también informó el verano pasado que la medida “correctora o compensatoria adecuada” es esta misma, es decir, la detección temprana de la viborina y su posterior reubicación.
El Consistorio recuerda que en diciembre utilizó la emergencia habitacional como pretexto para declarar de interés público de primer orden el desarrollo de la iniciativa turística Cuna del Alma junto con otros 15 planes urbanísticos y así justificar el “tratamiento” sobre especies protegidas, como la viborina triste, sobre la que está prohibido recoger, cortar, mutilar o destruir “intencionadamente” en la naturaleza cualquier ejemplar al estar incluida en el Catálogo Canario de Especies Protegidas. Esa declaración debía ser autorizada por el Gobierno de Canarias, que, en un informe redactado por el viceconsejero de Servicios Jurídicos, Jorge María Riestra Sierra, nombrado por CC, transfirió la competencia al Cabildo de Tenerife. La Corporación tinerfeña, sin embargo, ha formulado alegaciones al respecto.
En un informe al que ha tenido acceso este periódico, la Viceconsejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Energía señala, a diferencia de lo firmado por Riestra Sierra, que la competencia para emitir “autorizaciones de uso (excepcionales) de las especies en régimen de protección especial”, como la viborina, recae en el Ejecutivo regional y no en los cabildos. La tesis en la que basa su argumentación, y que comparte el Cabildo de Tenerife, radica en que la categoría de especie de protección especial, creada en 2010, tiene “su propio régimen jurídico de protección novedoso y diferenciado” del anterior catálogo, el de Especies Amenazadas del Archipiélago, de 2001, “permaneciendo en el ámbito competencial propio de la Comunidad Autónoma de Canarias”, principalmente en el de la Agencia Canaria de Protección del Medio Natural (ACPMN).
Ante este escrito, emitido una semana más tarde que el de Sierra (9 de enero), el área de Gestión del Medio Natural, Sostenibilidad, Seguridad y Emergencias del Cabildo de Tenerife aprovecha para ser bastante duro contra la resolución del viceconsejero. Dice, en primer lugar, que es “nula de pleno derecho” por no haberle dado un trámite de audiencia y que su criterio “se aparta del seguido en actuaciones precedentes” por el Gobierno autonómico. También lamenta que su conclusión carezca de una “análisis profundo” y que, “al cambiar de criterio, tiene que motivarlo”. Estas alegaciones fueron firmadas el 1 de abril de 2024. No consta en el dictamen que autoriza a la promotora de Cuna del Alma a traslocar la viborina un permiso expreso para ello, ni de la Corporación tinerfeña ni del Ejecutivo regional. El promotor del proyecto, Filip Hoste, solicitó la aprobación el 5 de junio. En ella pide el trasplante de la viborina y 12 especies más.
La reactivación del proyecto Cuna del Alma, que pretende levantar un total de 3.602 camas turísticas entre villas de lujo, plazas extrahoteleras y hoteleras en una pieza de suelo de 430.000 metros cuadrados en el Puertito de Adeje, una zona virgen en el sur de Tenerife, puede llegar próximamente tras año y medio de paralización. El proyecto fue expedientado en tres ocasiones: por carecer de evaluación ambiental, destruir patrimonio arqueológico y amenazar el estado de la viborina triste. El primero fue archivado por un error formal y no de fondo (sigue sin contar con informe ambiental), el segundo caducó y el tercero está siendo resuelto de la manera expuesta en el artículo.
Activistas se encadenaron en la unidad de actuación en verano de 2022 para detener las obras y han pedido reiteradamente dar carpetazo definitivo a la iniciativa. En abril, en medio de las manifestaciones contra el turismo masivo en las Islas, un grupo de personas anunció una huelga de hambre pidiendo esto y la paralización de otro proyecto turístico, el de La Tejita, en Granadilla de Abona, también en Tenerife.