La futura declaración como parque nacional del Mar de las Calmas, en El Hierro, el primero de ámbito exclusivamente marino en España, suscita varias preguntas relacionadas la sostenibilidad de la medida y la preservación de la idiosincrasia y esencia herreña: ¿Ayudará a una mejor conservación y cuidado de las especies de cetáceos que se prodigan por sus aguas y sus espacios? ¿Llamará a la masificación? ¿Convencerá al sector pesquero?
“Se debe encontrar el término medio y la fina línea entre aprovechar el tirón turístico, los puestos de trabajo que esto puede generar y que no se perturbe la tranquilidad de la isla, que es sin duda un enclave especial con hasta 18 especies de cetáceos, cuatro de ellas de zifios, de los que dos son residentes”, advierte en declaraciones a EFE la investigadora del Departamento de Biología Animal de la Universidad de La Laguna (ULL), Natacha Aguilar, experta en cetáceos profundos y natural de El Hierro.
La investigadora recuerda lo especial que resulta la presencia de zifios, cetáceos de buceo profundo que en El Hierro “se pueden ver todo el año”, algo único en todo el mundo, pues estos animales suelen distribuirse a gran distancia de la costa, donde suele haber aguas más profundas.
En El Hierro, en cambio, se pueden observar a veces desde la costa, “algo espectacular”. “Un zifio de Cuvier o de pico de pato, por ejemplo, puede llegar a bucear hasta tres kilómetros de profundidad y estar hasta tres horas sumergido, lo que para un cetáceo de tamaño medio, unos siete metros, es un récord de entre todos los cetáceos”, explica.
Aprovechar el tirón
Aguilar aboga por formar a la ciudadanía, que debe seguir tranquila y no pensar que esto supone algún aspecto negativo para su vida, de modo que puedan aprovechar ese tirón “sin que haya más invitados a la mesa que puestos para cenar”, resume.
Entre las singularidades del mar herreño, ahonda Aguilar, se encuentran las apariciones todos los años de la yubarta, o ballena jorobada, que desde su recuperación en Cabo Verde tras estar amenazada por la caza ballenera aparece en El Hierro todos los años y muestra sus habilidades acróbatas y cantoras.
“También producto del cambio climático se están pudiendo ver calderones de aleta corta o tropicales, que son una especie matriarcal muy emparentada con la orca, que también se ha visto en El Hierro, además de zifios de Blainville, delfines comunes, delfines de diente rugoso, rorcuales o de ballena franca, una especia declarada extinta en España y de la que se vio una cría en El Hierro en las navidades del año 2000.
El sector pesquero
Para Aguilar, la declaración de un parque nacional marino está completamente justificada en base a la vida salvaje marina de El Hierro, pero también por el comportamiento de su población y su sector pesquero, opina.
En esta línea se ha manifestado el Gobierno canario, cuyo consejero de Pesca, Narvay Quintero, se ha mostrado favorable a esa declaración siempre y cuando se cumplan las condiciones demandadas al Gobierno de España, como la renovación de la flota pesquera de La Restinga o la negativa a poner cuota a la presión pesquera del futuro parque nacional.
“Los pescadores herreños se distinguen por ser en general conservadores, por pensar en el futuro y por querer que sus hijos y nietos puedan continuar pescando. Este parque nacional se está diseñando de modo que se respete a los pesqueros tradicionales, porque la pesca de caña es muy importante para la población. La declaración es un beneficio, pero también hay que hacer algún sacrificio a cambio de una mayor vigilancia y un mayor control del furtivismo que pueda venir”, reflexiona Natacha Aguilar.
Controlar la afluencia turística
A su juicio, es esencial que las administraciones vayan de la mano de la sociedad herreña y que esta vea al Parque Nacional como una oportunidad de desarrollo verde que debe proteger tanto los valores naturales como los culturales de El Hierro.
“Para ello debe controlarse la afluencia de turistas y fomentarse que el dinero que llega del Gobierno de España se invierta en formación para los herreños y que los puestos de trabajo que se creen redunden en los herreños, que son los han mantenido a su isla como está y como es: una maravilla terrestre y marina”, apunta la científica.
Para Aguilar, El Hierro es una “isla bombón” por su modo de vida, su cultura de la familiaridad, la ausencia de ruido... “Todo podría romperse si el Parque Nacional fomenta un turismo sin control”, advierte Aguilar, que aboga por una tasa turística, la limitación del número de visitantes y de barcos turísticos de recreo.
Un laboratorio natural
La bióloga marina de la Universidad de La Laguna Patricia Arranz detalla a EFE que el Mar de las Calmas es un lugar privilegiado a nivel europeo en cuanto a biodiversidad de cetáceos, pues estas aguas, con poca influencia humana, se puede considerar como un laboratorio natural, donde los procesos oceanográficos tienen muy poca perturbación e impacto.
Esto permite, añade, estudiar fenómenos como el calentamiento global, ya que se dan fenómenos de tropicalización de la fauna marina, en concreto de cetáceos, un hecho que hasta ahora no se había descrito.
“Es cada vez más frecuente observar calderón tropical y rorcual tropical en las aguas de las Calmas, algo que antes no era tan habitual y que han pasado de ser visitantes ocasionales a frecuentes”, expresa la científica.
Arranz recuerda que el Mar de las Calmas es conocido mundialmente a nivel científico por estas poblaciones que alberga porque ha aportado datos muy importantes en cuanto a la biología y la ecología de los zifios, hasta entonces eran pues muy desconocidas por sus características como buceadores de profundidad.
Procesos naturales mantenidos
“Es muy importante que es para la ciencia preservar esos lugares prístinos, con poca influencia humana y donde los procesos naturales están mantenidos. Esto debe continuar así en el futuro”, señala.
Apunta además que la fauna marina que habita el Mar de las Calmas son especies sensibles y especialmente vulnerables a impactos antrópicos como, por ejemplo, el ruido submarino.
“Recordemos que los cetáceos son depredadores cúspide de las cadenas tróficas marinas y pueden contribuir a regular los procesos oceánicos que asimismo nos pueden ayudar a combatir el cambio climático. El océano regula el clima en la Tierra, de ahí la importancia de declarar las aguas de El Hierro como parque nacional, pues dará una protección frente a ciertos tipos de impactos, ya que necesitamos que en estas zonas las actividades humanas estén de alguna forma reguladas”, concluye.
Un buen ejemplo de sostenibilidad
Para Antonio Fernández, director del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA), El Hierro se consagra como un buen ejemplo de sostenibilidad en un entorno marino que va en la línea de poner en el centro la salud y el bienestar de los animales marinos, apunta a EFE por teléfono.
A su juicio, a lo largo de los años se ha logrado vencer las controversias históricas y “cierta oposición” que se generaban a la hora de declarar reservas marinas, de modo que la declaración es una buena noticia “especialmente en el contexto en el que nos estamos moviendo en este siglo de proteger no solo territorios terrestres, sino también los marinos”.
“El Hierro siempre ha ido por delante en cuestiones de sostenibilidad y esto es un hecho realmente pionero que debe beneficiar en primer término a la isla y a su ciudadanía, que siempre ha sabido lidiar con estas cuestiones porque son un buen ejemplo de sostenibilidad”, destaca el científico.